miércoles, 29 de enero de 2014
Entrevista Jesús Ortega Martínez con Alejandro Cacho y Pamela Cerdeira para MVS Radio
Alejandro Cacho (AC): Él fue el creador del
Pacto por México, a él se le ocurrió. Jesús gracias por tomar la llamada, buen
día.
Jesús Ortega Martínez (JOM): Buen día
Alejandro, un saludo afectuoso.
AC: ¿Si fue idea tuya el Pacto?
JOM: No, fue un esfuerzo colectivo de
varios actores que entendimos, como seguimos entendiendo, cuando menos de mi
parte, de que muchos de los problemas del país no se van a resolver ni por un
sólo partido ni menos por un sólo individuo, son tan grandes y tan graves que
requieren de acuerdos de los diversos actores políticos.
Cuando
hay crisis de Estado como la que vivimos en México, un ejemplo: muchas partes
del territorio nacional no están bajo el control del Estado Nacional sino bajo
el control de poderes fácticos; los monopolios son los que controlan la
economía del país, que igualmente son poderes fácticos, cuando se manifiestan
estos síntomas de una crisis, pues lo conveniente de los políticos responsables
es tratar de solucionarlos buscando acuerdos.
Los
acuerdos, el diálogo, son consustanciales a la política. Y partido que no ve la
pluralidad del país y que hay diversas fuerzas y que hay diversos pensamientos
y que los problemas del país se van a resolver en la medida en que esas otras
fuerzas, que todas las fuerzas contribuyan al interés del país y no a los
intereses partidarios, los problemas del país van a persistir.
La
idea del Pacto es: ¿Cómo nos ponemos de acuerdo al margen de nuestras visiones
partidistas para poner en primer lugar el interés del país antes que los intereses,
miserables a veces, de los partidos políticos o de los dirigentes de los
partidos políticos?
AC: Acabas de decir que el diálogo es parte
fundamental de la política. Ayer el padre Solalinde les dio un gancho al hígado
en su plenaria de los senadores, les dijo que se corrompieron y que
traicionaron a México por haber pactado. ¿Tú qué opinas?
JOM: El PRD y quien es de izquierda
siempre debe de estar abierto a la crítica. La crítica también es consustancial
y me parece que el señor Solalinde confunde
intencionadamente la crítica con la agresión, con el vituperio y él, que
es religioso, con el falso testimonio. El pacto político que el PRD firmó y en
el cual participó, es un acuerdo del Congreso Nacional del Partido. Acabamos de
tener el Congreso Nacional del Partido y ahí se aprobó que el Pacto es un
mecanismo de diálogo para enfrentar, con otras fuerzas, los grandes problemas
del país y solucionarlos.
Y
esta resolución política de todo el Congreso Nacional, es decir del PRD, no
puede ser calificado de esa manera, la crítica es atendible cuando construye,
cuando invita al diálogo, cuando busca el debate razonado, serio, pero el señor
Solalinde no hace una crítica sino hace un falso testimonio.
No
solamente violenta la ley terrenal, porque si él cree y está convencido y
tienen evidencias de que hay corrupción del PRD o de los dirigentes del PRD,
pues lo que tiene que hacer es ir con el Ministerio Público, está en su derecho,
pero como no tiene ninguna evidencia sino que es una acusación hartera pues se
queda en la palabra.
Además,
como sacerdote, como ministro de un iglesia, de la Católica, pues está haciendo
falso testimonio, no solamente violenta la ley terrenal sino está violentando
su propia ley como religioso; unos de los 10 mandamientos y hace proselitismo
político.
Está
bien, yo no estoy en contra de que los ministros religiosos tengan convicciones
y preferencias políticas, pero va hacer proselitismo en nombre de Dios,
Alejandro, porque si uno lee lo que dijo el señor Solalinde, dice que Dios nos
da una oportunidad a los mexicanos y esa oportunidad es Morena.
AC: Fue a hacer proselitismo ahí a favor de
López Obrador.
JOM: Fue a hacer proselitismo a favor
de López Obrador y está en su derecho, nomás que no lo diga, pienso yo, en
nombre de Dios. ¡Hombre por favor! Eso me parece francamente increíble. Si
quiere jugar su papel como laico, pues entonces que se ajuste a las normas del
Estado laico, si quiere jugar su papel como representante de Dios, pues no
puede hacer política en nombre de Dios. Me parecer que eso es obvio, elemental.
Ahora
bien, vamos hacer un debate, una discusión sobre cuál tipo de izquierda es la
que México necesita; vamos hacer un debate sobre si la oposición debe aislarse,
debe de marginarse, si debe arrinconarse como una oposición, la que representa
Morena o una oposición que construye soluciones para el país, que antepone
intereses particulares, personales, individuales a los intereses nacionales.
Ese sí sería un buen debate con el señor Solalinde al margen de que sea o no
ministro religioso o quiénes lo llevaron a la plenaria del PRD para que hiciera
ese falso testimonio o esa acusación absolutamente falsa, Alejandro.
AC: Jesús, bueno ya quedó claro lo de
Solalinde, vamos a darle la vuelta a esa página. ¿El Pacto por México nació del
PRD, cierto?
JOM: El PRD fue impulsor.
AC: Okay. ¿El PRD lo mató?
JOM: El Congreso Nacional dijo: El
Pacto es un espacio de diálogo, un mecanismo para buscar acuerdos con otras
fuerzas políticas y para que esos acuerdos le sirvan al país y saquemos
adelante nuestra propuesta programática. En síntesis, esa fue la resolución
política.
Cuando
hay temas que afectan al país como en el caso de la reforma energética, pues
consecuentemente lo que plantea el Congreso Nacional, el PRD decidió salirse
del Pacto por México en atención a lo que había resuelto el Congreso Nacional,
pero los otros puntos resueltos del Pacto por México pensamos, desde luego y
estamos dispuestos a debatirlo, que
beneficien al país.
La
reforma en telecomunicaciones beneficia al país, una industria punta que es
fundamental, que está monopolizada, y que la reforma tiene a terminar con el
monopolio y para que la gente acceda a las tecnologías modernas de comunicación
y que la gente tenga otras opciones. A mi me parece que eso ayuda al país.
La
reforma contra los monopolios, la reforma por la competencia económica ayuda a
que crezcamos económicamente como país, que se generen más empresas, se generen
más empleos y por lo tanto mayor bienestar, eso está dentro del programa del Partido.
En lugar de tener una economía monopolizada por unos cuantos, necesitamos tener
una economía donde todo mundo pueda tener posibilidad de crear un negocio y de
generar empleos. Eso me parece fundamental.
La
reforma educativa que la han demonizado,
para otra vez entrar al lenguaje religioso, a mí me parece que es importante y
es buena porque va ayudar a que un tema central que es la educación, sea
recuperada por el Estado mexicano; la tenía un grupo de dirigentes sindicales
corruptos bajo su poder, ahora la ha recuperado el Estado y necesita impulsar
la reforma política con todo lo que significa, y el punto más controversial de
esta reforma que es la evaluación, a mi me parece, que todo servidor público
debe de ser evaluado, incluidos los
maestros, no para correr sino para mejorar su papel en la enseñanza.
AC: ¿El Pacto por México está muerto?
JOM: El mecanismo como el Pacto por
México nosotros nos salimos y creo que está liquidado, pero el PRD no puede
salirse de una práctica que es fundamental en la política que es el diálogo con
otras fuerzas políticas. En México existen diversas fuerzas políticas, México
es un país plural y el que crea que sólo con los perredistas vamos a solucionar
los problemas del país o sólo la izquierda va a solucionarlos, está totalmente
equivocado, en ninguna parte del mundo sucede eso.
Ahora
en Alemania han hecho un pacto los socialdemócratas, los socialistas con los
liberales de Merkel, y en Chile postularon a Bachelet una diversidad de fuerza
políticas en las que se encuentran de izquierda, centro-izquierda y de
centro-derecha; y podría poner múltiples ejemplos donde hay pactos entre las
fuerzas políticas para enfrentar los grandes problemas nacionales. Partido que
se excluye del diálogo, de escuchar, de hacerse escuchar, es un partido que no
tiene ninguna perspectiva y que va a aislarse.
AC: ¿Se arrepiente de algo el PRD o te
arrepientes tú en particular en torno al Pacto por México?
JOM: No. Otra vez una figura religiosa,
el arrepentimiento. No… lo que hizo el PRD en sacar la reforma educativa, la
reforma de telecomunicaciones, la reforma financiera para que haya más
créditos, la reforma de competencia económica y la reforma educativa son leyes
que benefician al país y a la gente, incluso partes importantes de la reforma
hacendaria también.
No
me explico que Andrés Manuel esté en contra de que se cobre impuestos a los más
ricos del país.
Pamela Cerdeira (PC): Jesús, buenos días.
JOM: Buenos días.
PC: Nos decías… Bueno ya están fuera del
Pacto por México pero no fuera de la negociación política que se tiene que
hacer para crecer, pero dentro del mismo Pacto hubo temas que quedaron
pendientes, por mencionar algunos: los derechos de los migrantes,
fortalecimiento de las comunidades indígenas, la creación de la cédula de
identidad. ¿Qué va a pasar con estos temas que quedaron ahí?
JOM: Yo creo que el Congreso ahora debe
tener un papel preponderante. En el Congreso de dialoga a diario, se acuerda a
diario, nadie tiene mayoría en el Congreso y para sacar una ley y más una
reforma constitucional tiene que haber acuerdos entre los diversos partidos.
En
el Congreso están representados los partidos políticos y a diario dialogan los
partidos políticos, a veces creo que el pleito con algunos compañeros es quién
es el interlocutor; algunos compañeros pecan de arrogancia y no quieren diálogo,
no porque no sea necesario sino porque ellos no están en el diálogo y sucede lo
mismo en otros partidos políticos.
PC: ¿Alguien va a sacar esos temas o se van
a perder?
JOM: En el Congreso hay que sacarlos y
yo digo que los dirigentes de los partidos políticos deben de seguir jugando un
papel muy importante, no colocando al Congreso en condición secundaria sino
colocando al Congreso como actor fundamental y los partidos políticos
contribuyendo al diálogo en el Congreso para que salgan estas reformas
pendientes que están en la agenda del Pacto por México y otras que no están en
el Pacto pero que igualmente son importantes.
AC: De acuerdo. Jesús Ortega siempre es un
gusto saludarte y te agradezco mucho estos minutos.
JOM: Al contrario les agradezco la
gentileza de poder hacerme escuchar. Muchas gracias.
martes, 28 de enero de 2014
Prehistoria
Dice José Emilio Pacheco en “A quien pueda interesar”: “A mí sólo me importa el testimonio del momento que pasa, las palabras que dicta en su fluir el tiempo en vuelo”.
Falleció José Emilio Pacheco. Muchos le harán merecidos homenajes y los grandes escritores, los sabios, críticos de literatura, la gente… le recordarán por sus poemas, sus cuentos, novelas, ensayos, escritos periodísticos, por su crítica política, por su palabra, su pensamiento libre, lúcido.
Dice JEP en “A quien pueda interesar”.
“A mí sólo me importa
el testimonio
del momento que pasa
las palabras
que dicta en su fluir
el tiempo en vuelo.
La poesía que busco
es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida.”
“Prehistoria”, poema que es testimonio del momento que pasa pero también del otro, del inmóvil, de ese que absurdamente no pasa.
Un fragmento:
“En las paredes de esta cueva,
pinto al venado
para adueñarme de su carne,
para ser él,
para que su fuerza y ligereza sean mías
y me vuelva el primero entre los cazadores de la tribu.
En este santuario
divinizo las fuerzas que no comprendo.
Invento a Dios,
a semejanza del Gran Padre que anhelo ser,
con poder absoluto sobre la tribu.
En este ladrillo
trazo las letras iniciales,
el alfabeto con que me apropio del mundo al simbolizarlo.
La T es la torre y desde allí gobierno y vigilo.
La M es el mar desconocido y temible.
Gracias a ti, alfabeto hecho por mi mano,
habrá un solo Dios: el mío.
Y no tolerará otras deidades.
Una sola verdad: la mía.
Y quien se oponga a ella recibirá su castigo.
Habrá jerarquías, memoria, ley:
mi ley: la ley del más fuerte
para que dure siempre mi poder sobre el mundo.
… A la parte de mí que me da miedo
la llamaré Demonio.
¿O es el doble de Dios, su inmensa sombra?
Porque sin el dolor y sin el mal
no existirían el bien ni el placer,
del mismo modo que para la luz
son necesarias las tinieblas.
Nunca jamás encontraré la respuesta.
No tengo tiempo. Me perdí en el tiempo.
Se acabó el que me dieron”.
*Ex presidente del PRD
Twitter: @jesusortegam
http://ortegajesus.blogspot.com/
ortegamartinezjesus@hotmail.com
martes, 21 de enero de 2014
La reforma en el campo
Para los neoliberales que han dirigido el gobierno durante los últimos 30 años, el campo ha sido considerado como un lastre para el desarrollo de la economía en gene-ral y esta consideración ha dado como resultado que 70% de la superficie con potencial para la producción agrícola presente algún grado de degradación química, eólica, hídrica o física; que los mantos acuíferos, en una gran proporción, se encuentren con sobreexplotación o más grave aún, con una intrusión salina.
En el Pacto por México se estableció una reforma estructural en el campo mexicano y se consideraba que ésta debería ser de carácter estratégico y, por lo tanto, tenerla como prioritaria dentro del conjunto de reformas que el país necesita. Las razones para estas consideraciones son tantas y además son tan evidentes que nadie, con elemental sensatez, podría soslayarlas.
El problema principal que padece el campo mexicano es de carácter conceptual, es decir: de la función que los gobiernos federal y estatales le han asignado al campo dentro del modelo económico vigente.
Para los neoliberales que han dirigido el gobierno durante los últimos 30 años, el campo ha sido considerado como un lastre para el desarrollo de la economía en general y esta consideración ha dado como resultado que 70% de la superficie con potencial para la producción agrícola presente algún grado de degradación química, eólica, hídrica o física; que los mantos acuíferos, en una gran proporción, se encuentren con sobreexplotación o más grave aún, con una intrusión salina; que la mayor parte de los cuerpos de agua superficiales estén contaminados con descargas residuales, industriales y con aguas negras sin tratamiento alguno; que de ser un país autosuficiente durante el periodo del desarrollo estabilizador (1941-1965) ahora seamos altamente dependientes y con un creciente déficit en la balanza comercial agroalimentaria; que la mayoría de los productores agrícolas (sean privados, ejidales, comunales) se encuentren en condiciones de pobreza, y que sea en este sector de la población donde se presenta con mayor intensidad el fenómeno migratorio hacia las ciudades del país o hacia fuera de éste.
La visión de los neoliberales mexicanos sobre el campo ha convertido a una gran parte de los productores en “meros peticionarios de ayuda gubernamental” y consecuentemente, las políticas e inversiones gubernamentales en acciones para la asistencia o incluso para la sobrevivencia de los campesinos y sus familias.
El campo mexicano es en realidad una zona de desastre y el Estado utiliza los programas gubernamentales como “ayuda para atemperar la contingencia”.
El cambio debería ser radical y en lugar de esa especie de “filantropía del ogro” en proceso de reconstrucción, debiera verse al campo como un área que es fundamental en cualquier economía moderna. Para ello debe reconstruirse al campo mexicano desde sus cimientos, como un sector altamente productivo y lo suficientemente sólido para satisfacer la demanda interna de alimentos y materias primas agropecuarias hasta lograr la seguridad y soberanía alimentaria, y hacerlo una parte muy importante de nuestras exportaciones.
La reforma del campo mexicano debe ser de carácter estratégico y consecuentemente debe contener, en primer término, una reconceptualización de su importancia en los propósitos de crecimiento de la economía y de la generación de empleos.
El campo mexicano requiere inversiones productivas para transformarlo en agente principalísimo para el desarrollo de la economía nacional.
*Ex presidente del PRD
Twitter: @jesusortegam
http://ortegajesus.blogspot.com/
ortegamartinezjesus@hotmail.com
martes, 14 de enero de 2014
Michoacán o la crisis del Estado nacional
Es claro que lo que prevalece en una buena parte de nuestro territorio es la “violencia física ilegítima”, aquella que está al margen del Estado.
Lo que ahora mismo está sucediendo en Michoacán, en otras entidades federativas y en muchas otras regiones del país, es la evidencia de una crisis de carácter estructural del Estado nacional. El Estado, decía Max Weber, “es aquella comunidad humana que dentro del determinado territorio reclama para sí (con éxito) el monopolio de la violencia física legítima. Lo específico de nuestro tiempo es que a todas las demás asociaciones o individuos sólo se les concede el derecho a la violencia física sólo si el Estado lo permite”.
El Estado mexicano, para serlo plenamente, debiera ejercer tal monopolio a lo largo y ancho del territorio nacional. Lamentablemente no es así, y en sentido contrario, es claro que lo que prevalece en una buena parte de nuestro territorio es la “violencia física ilegítima”, aquella que está al margen del Estado, que no depende de éste y que es ejercida en razón de intereses ajenos a los propios del Estado nacional.
Pero más grave aún es que los principales representantes del Estado mexicano (el Ejecutivo federal, Ministerio Público, Poder Judicial, Congreso de la Unión y los ejecutivos estatales) se muestran notablemente incapaces de recuperar el monopolio de la violencia legítima para lograr imponer la fuerza de la ley.
Subrayo la necesidad de imponer la fuerza de la LEY porque ésta es —en las naciones modernas, democráticas— la única razón que le da legitimidad al monopolio de la violencia por el Estado. Cito al mismo Weber: “En principio tenemos tres tipos de justificaciones internas, de fundamentos de la legitimidad de una dominación [...] y tenemos, por último una legitimidad basada en la legalidad, en la creencia de la validez de preceptos legales y en la competencia objetiva fundada sobre normas racionalmente creadas, es decir, en la orientación hacia la obediencia a las obligaciones legalmente establecidas”.
La ley existe, pero no se aplica porque el Estado (sus principales representantes) aun con el monopolio de la fuerza legítima es, ciertamente, incapaz de hacerla valer. Esto es, a todas luces, demostración de un Estado en crisis.
¿Esta crisis se podría resolver con el cambio del gobernador en Michoacán? Ilusos los que así lo piensan, porque la grave situación que ahí se presenta no es sólo resultado de la inoperancia, ineficacia (que existe) del Ejecutivo estatal. Las causas son de origen nacional y tienen que ver, principalmente, con dicha crisis estructural del Estado.
¿La crisis del Estado la podrá resolver Peña Nieto solo, aun siendo el comandante supremo del Ejército? ¡No! Y menos cuando él mismo se resiste a reconocer la existencia de tal crisis; que no asume que son poderes metaestatales los que controlan una parte importante del territorio de la nación; y cuando no se quiere reconocer, por él mismo y por otras fuerzas del Estado, que lo que se necesita es una reconstrucción integral y profunda de las bases en las que se sostiene el actual Estado y su régimen político.
De manera insensata, algunos creen que sólo se trata de quien deba ocupar Los Pinos; otros opinan que con reformas a medias, pero sólo si son de carácter económico, y los más irresponsables predican que la solución se encuentra en que la crisis del Estado derive en su derrumbe.
Lo de Michoacán, Tamaulipas, Estado de México, Guerrero, Zacatecas, Veracruz, etcétera, etcétera, requiere una radical reforma del Estado nacional.
*Ex presidente del PRD
Twitter: @jesusortegam
http://ortegajesus.blogspot.com/
ortegamartinezjesus@hotmail.com
martes, 7 de enero de 2014
La unidad, pero no a toda costa
Ahora más que nunca en el PRD estamos obligados a fortalecer nuestra identidad de izquierda a partir de hacer la crítica permanente y razonada a la realidad existente en la sociedad mexicana.
Es común, especialmente dentro de las diversas expresiones de la izquierda, apelar al recurso de la “unidad” y de la “conciliación interna” para enfrentar coyunturas que aparecen como complejas y delicadas. El ejercicio es recurrente: hay que llamar a la unidad “de todas las fuerzas de izquierda”, como si ésta fuese una “fórmula mágica” para resolver todo problema al margen de su naturaleza o, para derrotar a todo contrincante sea cual sea la circunstancia.
En la realidad de la política no existen fórmulas mágicas y la unidad por sí misma tampoco contiene esa cualidad.
“Proletarios del mundo, uníos”, dice el Manifiesto comunista de Marx y Engels escrito en el año de 1848, y años después los marxistas, por “diferencias ideológicas”, expulsan de la Primera Internacional a los anarquistas con Bakunin a la cabeza.
La historia de la izquierda (incluidas sus derrotas y sus victorias) no podría entenderse al margen de las intensas confrontaciones ideológicas, programáticas y políticas entre sus diversas fuerzas, expresiones y liderazgos; y no podría ser de otra manera, si comprendemos que sólo en la crítica a lo existente, en la confrontación de las ideas y de los pensamientos, es en donde se encuentra el camino del conocimiento y las posibles respuestas a los problemas que entraña el quehacer político.
Esto no fue olvidado cuando una parte importante de la izquierda se dio a la tarea de la formación del PRD como expresión de un esfuerzo, ciertamente de cohesión, pero que no perdía de vista la necesidad de mantener el debate; de profundizar en la discusión; de alentar la confrontación de las ideas. Por ello mismo —la construcción del PRD— expresó una sólida crítica al dogmatismo y a la “uniformidad ideológica” que durante mucho tiempo paralizó y asfixió a la izquierda mexicana.
En razón de esto es que ahora más que nunca en el PRD estamos obligados a fortalecer nuestra identidad de izquierda a partir de hacer la crítica permanente y razonada a la realidad existente en la sociedad mexicana.
Ello sin olvidar la necesidad de mantener la confrontación programática y política hacia expresiones dentro de la misma izquierda y del propio PRD, que buscan regresarnos a la uniformidad por consigna, al pensamiento único, a la intolerancia y todo ello hacerlo en nombre del pueblo y desde el pedestal de un “comité de salud pública” que de facto decide a quién hay que guillotinar por “traidores a la patria”.
Aceptar esto, significaría una regresión hacia tiempos que fueron nefastos para la democracia y por lo tanto para la izquierda.
Pero más aún: aceptar la regresión de la izquierda hacia la intolerancia y el absolutismo y ello hacerlo en nombre de la unidad, convertiría este hecho en una trágica ingenuidad.
Aportemos desde el PRD nuestro máximo esfuerzo por la defensa de los intereses nacionales y por los derechos de la gente. Actuemos con firmeza por la Consulta Ciudadana en materia energética, pero preservemos nuestra convicción de avanzar hacia la consolidación de una fuerza de izquierda democrática, progresista, como la que México necesita.
*Ex presidente del PRD
Twitter: @jesusortegam
http://ortegajesus.blogspot.com/
ortegamartinezjesus@hotmail.com
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