miércoles, 4 de mayo de 2011

Carta a Carmen Aristegui


México, D.F., 3 de mayo, 2011 
Estimada Carmen. 
 
Con base en mi derecho de réplica, te solicito que la siguiente carta sea leída en tu espacio de MVS Radio. 

No pude escuchar de manera directa la repetición que hiciste de una entrevista que Ramón Alberto Garza, director de Reporte Índigo, hace a la señora  Mayra Correa.  Sin embargo, un compañero me hizo el favor de llamarme para decirme que en tu programa se estaba mencionando mi nombre involucrándome en un supuesto fraude, cometido durante el proceso de compra del terreno de las nuevas instalaciones de Senado de la República. Minutos después de esta llamada, me enteré por una de mis colaboradoras, que solicitabas entrevistarme para aclarar las acusaciones que la mencionada señora Correa enderezaba en contra mía. Como transitaba en carretera fuera de la Ciudad de México, le sugerí a mi colaboradora que nos enteráramos bien del tema para en caso necesario, pudiera hablar contigo posteriormente.


Al leer la versión estenográfica, del segmento de tu programa, en donde se reproduce dicha entrevista de Reporte Índigo, me quedé con la certidumbre de que era tan inverosímil y tan grotesca la acusación en contra mía, que por sí misma se descalificaba y por lo tanto no habría necesidad de aclaración alguna. Sin embargo, dado que has insistido en el tema, me veo en la necesidad de escribirte estas líneas para que tú y los radio escuchas de tu programa, conozcan mi opinión sobre tal entrevista y desde luego, sobre las ridículas acusaciones que se hacen a mi persona.

En primer término, debo decir que me parece incorrecto desde el punto de vista periodístico, que no se advierta a los radio escuchas que lo que trasmitiste de Reporte Índigo no está mínimamente verificado por tu equipo y sólo te dedicaste a trasmitir la versión de Ramón Alberto.

Que son dichos de una sola persona. Ramón Alberto Garza, director de Reporte Índigo, de quien reproduces esta entrevista, pudo haberme llamado -así lo hacen los periodistas- para tener mi opinión sobre las graves acusaciones contra mi persona. Han pasado muchas semanas desde que se grabó la conversación hasta que es reproducida en tu programa. Nunca lo hizo Ramón Alberto y  también creo que para reproducirse y difundir dicha entrevista en tu espacio,  se debió previamente llevar a cabo una elemental verificación -ya no digo investigación periodística- para constatar sí existía algún elemento de veracidad, dado que se hacen acusaciones graves que podrían,  como es el caso,  afectar la honorabilidad de una persona.

No fue verificada la información. Por el contrario, se difunde en MVS Radio, en tu programa para que escuchen decenas de miles de personas una conversación en donde se lanzan falsas acusaciones y con ello, lamentablemente, prevalezca la idea perversa del “calumnia, que algo queda”.

Me concedes, Carmen, en el instante mismo de la difusión de la entrevista, la posibilidad de entrar al aire y hacer aclaraciones a los dichos de la Señora Mayra.  Pero creo que no era el modo adecuado para defenderme de tales calumnias, pues primero se dispara y después se averigua en tu programa.

Lamentablemente, por las circunstancias en que se consigue dicha entrevista y en las que tú la difundes, se privilegia el señalamiento calumnioso en lugar del más elemental decoro periodístico para informar con veracidad y con responsabilidad. Sólo trasmites dichos, no hay un sólo elemento de prueba.

¿Me pregunto si es periodísticamente ético llevar al aire una entrevista a cualquier persona, para que ésta me acuse de graves ilícitos, lance temerarias calumnias y luego de ello, se pretenda salvar responsabilidades llamándome en el mismo instante en que son difundidas para que responda a tales calumnias? Creo que no es lo correcto,  porque si la señora Correa tiene elementos para acusarme de ser cómplice de un fraude, lo elemental es que presente sus pruebas ante la autoridad que corresponda para que se hagan las investigaciones pertinentes y  ésta,  en el uso de sus facultades y deberes, resuelva lo conducente. No es profesional que se difundan con tal ligereza dichas acusaciones sin la esencial presentación de evidencias o cuando menos, si no se tienen esas pruebas, con la obligada aclaración por parte del periodista, de la duda razonable y obligada.

Pienso que no es adecuado que los medios de comunicación, cualesquiera que estos sean, se presten a difundir dichos que no pasan la prueba de una  básica evidencia de veracidad. Las acusaciones contra cualquier persona por cometer algún ilícito y que son presentadas ante una autoridad, están sujetas al principio constitucional de la presunción de inocencia; las acusaciones presentadas ante los medios de comunicación con más razón.

La señora Mayra le dice a Ramón Alberto: que yo traía un pleito con Fernández de Cevallos y que por eso, en algún momento fue a mi oficina, que me informó del presunto fraude, que en lugar de apoyarla la envíe con el senador Antonio Soto, que yo la voceé con Fernández de Cevallos, que negocié con todos ellos, que recibí millones, que ella se dio cuenta de ello, que mi chofer casi la sacó a golpes de mi oficina y que de todo ello se deriva el contubernio que todo mundo sabe.

¿Todos estos dichos de la señora Correa sobre mi persona merecerían, me pregunto,  una elemental revisión, un examen, una verificación? Estos dichos, junto al de que la balacearon apenas hace una semana, que escuchó a Diego decir que Fox le robó la Presidencia de la República, que Alfonzo Durazo le mandó sicarios del Estado Mayor Presidencial, que éstos se metieron a su casa, que la espiaban, que la secretaria del procurador general de la República le dijo que le quitara la pila a su celular porque la estaban interviniendo telefónicamente, que una persona de origen israelita le dijo que “estos cuates” compraron aparatos sofisticados en Israel para espionaje y que los estaban utilizando para vigilarla, y que está segura de que esto es cierto porque de todos los trabajos que conseguía la corrían. Todo esto y otras afirmaciones que aparecen en la entrevista, podrían motivar al periodista a la duda y por lo tanto, a una elemental investigación antes de darlos a conocer con la amplitud que se logra en tu programa.

Desde luego, estoy convencido que los periodistas no pueden dar veracidad a todo lo que escuchan o les dicen, y que para actuar con responsabilidad, lo digo con respeto,  se tiene que realizar el examen básico de crédito y solvencia de la información que se recibe.

Por último, rechazo con toda firmeza las afirmaciones de la señora Correa: son falsas y calumniosas. Durante la Legislatura en la que fui senador de la República, existía un comité de administración integrado por senadores de todos los partidos políticos y que cumplían la función del proceso de aprobación de la construcción de la nueva sede del Senado. En este comité participó el senador Antonio Soto y fue por ello que cuando la señora Correa me entrevistó, lo que hice fue pedirle que a su vez trasmitiera sus inquietudes a dicho compañero. Posterior a ello, nunca más tuve contacto con la señora Correa ni supe de nueva solicitud para entrevistarme. Como coordinador del Grupo Parlamentario del PRD no tenía facultades y menos tuve injerencia en el proceso administrativo, contable y de ingeniería de la construcción de la nueva sede del Senado.

Si la señora Correa dice que existieron irregularidades y además un fraude con recursos fiscales, esto deberá ser motivo de una investigación de la autoridad correspondiente. Pero es correcto solicitar que ésta o cualquier otra investigación sobre posibles daños al patrimonio del Senado y de la Nación deben iniciarse de inmediato.

Agradezco tu atención.

 Atentamente 
Jesús Ortega Martínez

2 comentarios:

  1. Las cuentas claras y el chocolate espeso no?

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  2. Hablas como juez, si no es cierto de lo que te acusan, pues entonces te corresponde a ti denunciarlo, pero con tu fama publica, es verosimil la acusacion.

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