martes, 24 de febrero de 2015

Nuestro verdadero problema


“Tenemos muchos problemas en el partido”, repiten constantemente a manera de queja ciertos compañeros; otros, hacen de su militancia partidaria una permanente hostilidad hacia la dirigencia (la que sea, no importa) y un día sí y otro también, enderezan sus ataques para debilitarla.

Esto que no es una novedad ni en el PRD ni en ningún otro partido en el mundo, lo que refleja es que los partidos como estructuras de poder, son resultado, como escribió Maurice Duverger, “de un par de fuerzas antagónicas: Las creencias, por una parte; las necesidades prácticas, por la otra”.

Nunca dejará de haber problemas en el PRD, porque esta contradicción ha sido, es y será una constante en la vida de nuestra organización como de cualquier otra en el mundo que participa de la lucha política, de la lucha por el poder. Los que no quieren problemas en el PRD no es que sean utópicos, en realidad son ingenuos o francamente acusan de una tontería que parecería irremediable.

¿Quieren resolver dicho antagonismo por la vía de hacer del PRD un partido de absolutismo creyente? Entonces se han equivocado en su quehacer vital, porque en lugar de hacer política y de afiliarse a un partido, lo que tienen que hacer es ingresar a un monasterio o inscribirse a la secta Moon.

Si su convicción en el absolutismo creyente se identifica con algún rasgo de patrioterismo demagógico, tienen entonces la opción de seguirle los pasos a López… Obrador.

¿Quieren, en sentido totalmente contrario, resolver el antagonismo antes mencionado, por el camino del pragmatismo absolutista que soslaya todo ideario programático, todo principio ético, todo propósito social y comunitario? Entonces ya no duden: el priismo, principalmente, es su alternativa.

Estas dos visiones —el absolutismo creyente y el pragmatismo absolutista— pueden ser alternativas personales y, por cierto, muy respetables, pero no son alternativas viables ni correctas para un partido político democrático como lo pretende ser el PRD, y menos pueden ser alternativa para enfrentar los problemas que padece el país y el conjunto de las y los mexicanos.

La política que construye soluciones a los problemas debe concebirse en el frágil equilibrio, en la línea a veces difusa, de la acc...ión eficaz que sabe obtener resultados para ahora, y el pensamiento renovador que impulsa cambios progresistas para el bienestar social.

Dice Angelo Panebianco que “toda organización (política) lleva sobre sí la huella de las peculiaridades que se dieron en su formación y de las decisiones más importantes adoptadas por sus fundadores”. En el PRD no podría ser de manera diferente y por ello quiero retomar, en las palabras de uno de sus fundadores, de Arnoldo Martínez Verdugo, el contenido fundamental que dio origen a la formación de este partido. Decía Arnoldo: “El PRD es una conjunción de fuerzas y un componente suyo es la izquierda con sus diversos matices […] también hay fuerzas que algunos han llamado centro; pero sobre todo el PRD busca agrupar al gran movimiento democrático de este país. El PRD es sobre todo un partido de poder y los partidos de poder no son ideológicos y menos dogmáticos. Son grandes coaliciones donde hay lucha interna, puntos de vista diferentes y por eso su base es la democracia, el respeto a las corrientes, a la existencia de diversas tendencias”.

La democracia, nuestra diversidad, no son el problema, el problema es tratar de eliminarlas.

                *Expresidente del PRD

                Twitter: @jesusortegam

                http://ortegajesus.blogspot.com/

                agsjom52@gmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario