martes, 17 de febrero de 2015

No saben que son como Pedro Páramo


Nuestro país padece de muchos problemas, pero con seguridad el principal, el más complejo, el que más hiere y el que mayormente obstaculiza nuestro desarrollo es el de la desigualdad social y económica. Más de la mitad de la población mexicana vive en la pobreza, mientras la riqueza nacional se está concentrando en una minoría cada vez más pequeña.

La razón para que nos esté sucediendo esto es que se reúnen e inciden múltiples factores y cuya naturaleza es diversa, pero también podemos decir con seguridad que lo que mayormente influye en esta ruinosa situación son los gobiernos y quienes han sido o son parte de ellos. Ahora mismo se están juntando elementos para que se desate una crisis económica de enormes proporciones y quienes conducen al actual gobierno se niegan a rectificar el rumbo.

No escuchan, no ven la realidad y continúan, envueltos en la ignorancia, en una marcha hacia el desastre.

¿Hay algo más trágico para un país que el tener gobernantes que no saben cómo evitar el desastre? ¡Sí! ¡Es tener gobernantes que no saben que no saben que encaminan al país hacia el desastre! Éste es ahora el caso de México.

Hay muchas evidencias para demostrar que no saben que no saben, pero creo que la más notable es su ignorancia sobre la situación de pobreza y desigualdad que vive la gran mayoría de la población. Y no es que no conozcan las cifras que publica el INEGI, ésas las tienen en un cajón de su escritorio. Lo que no saben es que esos números son la zozobra diaria en millones de familias, son desesperanza en los jóvenes que no tienen empleo, es la angustia en padres y madres que en muchas regiones del país ven morir a sus hijos de enfermedades perfectamente curables, son las mujeres adolescentes que se embarazan para recibir 300 pesos mensuales de alguno de los programas “sociales”, son millones de migrantes que abandonan a sus familias para buscar un empleo fuera de nuestras fronteras, son los jóvenes que entienden como oportunidad “alquilarse” como sicarios del crimen organizado, son todo eso, pero más aun, esas cifras del INEGI son resentimiento social que más pronto que tarde se convierte en odio y violencia.

Esto es lo que no saben que no saben quienes ahora gobiernan y entre ellos incluyo a los políticos y a la oligarquía económica. Por eso se permiten, en terrible paradoja, aumentar en cuatro pesos el salario mínimo y al mismo tiempo adquirir ellos casas de decenas de millones de dólares en México y en el extranjero, presumir en las redes sociales los paseos de sus mascotas en sus aviones privados, colocar sus fortunas en bancos extranjeros, etcétera, etcétera.

No saben que no saben y por ello insisten en acercar fuego a la enorme pradera seca en que han convertido a nuestro país. “La tierra caliente” no es sólo esa región que comprende a Guerrero, Michoacán, Estado de México y en donde se observa de manera más intensa la pobreza que rápidamente se transforma en resentimiento social, en la violencia más brutal, en muerte; la “tierra caliente” se ha extendido a todo el país y todo el país es ahora Comala, el pueblo que en la novela de Rulfo “olía antes a miel derramada” para transformarse en aquel lugar que Damiana le describe a Juan Preciado: “Un pueblo muerto, poblado sólo de voces gastadas, ecos, murmullos, fantasmas y sombras” […] “en donde ni siquiera ventea un poco, es el calor del infierno. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno”.

No saben que no saben que son como Pedro Páramo y que están convirtiendo a todo el país en Comala.

                *Expresidente del PRD

                Twitter: @jesusortegam

                http://ortegajesus.blogspot.com/

                agsjom52@gmail.com

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