martes, 14 de mayo de 2013

La oposición... a la política


Algunas personas son capaces de expresar opiniones tan insensatas que, sin embargo, pueden ser asumidas como ciertas tan sólo porque son emitidas —por ejemplo— desde “la academia”. Es lo que sucede con Alberto Aziz Nassif, académico del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), que en entrevista para CNN expresó la siguiente barbaridad: “Con el caso Veracruz la oposición se vuelve a ubicar como oposición, pues había desaparecido”.

Según Aziz, tal desaparición habría sucedido —esta es su argumentación— con la firma del Pacto por México. Para este académico, el que el PRD o el PAN hayan acordado con el gobierno llevar a cabo una serie de reformas como las de educación, telecomunicaciones, antimonopolios o la propia de seguridad social y otras igual de significativas, significó su “desaparición como oposición”. Este disparate hace que Aziz enseñe su ignorancia acerca de lo que es la oposición en la lucha política. Supone que para ser oposición, le está negado el hacer, precisamente, política.

De ser aceptada la tesis de Aziz, el PCI (Partido Comunista Italiano) dejó de existir como oposición cuando acordó con la Democracia Cristiana (DC) el compromesso storico para lograr reformas democráticas; asimismo, desapareció el Partido Socialista de Chile cuando éste acordó con la DC de Chile la concertación de partidos por la democracia; desaparecieron, diría este académico, el partido comunista de España y el PSOE cuando firmaron con los franquistas los Acuerdos de la Moncloa; se esfumaron como oposición, según el mencionado Aziz, el CNA (Congreso Nacional Africano) y las otras organizaciones contrarias al apartheid, cuando Mandela y otros liderazgos opositores establecen negociaciones con el PN (Partido Nacional, de corte racista) y con Frederik de Klerk para acordar reformas políticas para Sudáfrica.

Es tan absurda la tesis de Aziz que el propio PRD mexicano ha sido, precisamente, oposición exitosa en razón de que a lo largo de su historia ha logrado, en el fragor de la lucha, acuerdos con los diferentes, incluido el gobierno, para ampliar su influencia social y con ello haber logrado las reformas políticas más importantes en los últimos 25 años.

Ser una oposición inteligente implica no sólo contrariar sistémicamente al oponente; sino mucho más que eso, significa contar con una propuesta que sea alternativa viable y mejor; significa solvencia para transformarla en programa que sea compartido por buena parte de los ciudadanos; y especialmente, significa contar con capacidad para que éste se haga realidad cuando se es gobierno o aun cuando se es oposición.

José Antonio Aguilar Rivera reseña un libro de Perry Anderson llamado Campos de batalla. En dicha reseña publicada en Política y gobierno, revista del CIDE, el profesor Aguilar Rivera cita a Perry Anderson en una crítica a aquellas izquierdas que después de la derrota política asumen “la idea de que cualquier oposición efectiva al orden establecido requiere creer que pronto desaparecerá y que reconocer su identidad y fortaleza conduce de alguna manera a su aceptación. Esto es un error. La inteligencia precisa sobre el enemigo importa más que los panfletos dirigidos a elevar una dudosa moral. Una resistencia que prescinde de los consuelos es siempre más fuerte que una que depende de ellos”.

Aziz Nassif cree que ser oposición es esperar en el consuelo de que el orden establecido caerá por sí mismo. Predica una dudosa moral y se opone al ejercicio de la política.

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