miércoles, 26 de diciembre de 2012

El Pacto Nacional: una realidad



Hace años, insistimos en que para superar la crisis del poder estatal en México, así como para terminar el estancamiento de nuestra economía y la inequidad social que trae aparejada, es indispensable la concreción de un nuevo pacto nacional entre el gobierno y las principales fuerzas políticas. A esta propuesta siempre se han antepuesto posiciones conservadoras, las cuales, por dogmatismo o mezquindad, encubren intereses particulares de grupos políticos y económicos.



Cuando propusimos un pacto nacional durante el sexenio anterior, desde los extremos del espectro político se argumentaba que un acuerdo de esa naturaleza sería imposible debido a la polarización que vivía el país, la cual era promovida decididamente por estos mismos polos, quienes en esos momentos tuvieron la fuerza para imposibilitar un pacto.



Durante la campaña electoral de 2012, el llamado del Partido de la Revolución Deomocrática a la reconciliación nacional y un gran pacto entre todas las fuerzas políticas del país, generó un buen número de desencantados y otro tanto de decepcionados. Los desencantados fueron los ultraizquierdistas, que por años y por todos los medios han tratado de colocar a la izquierda electoral —a veces con la complacencia de algunos sectores de ésta— en un extremismo ideológico desde donde, según el delirante juicio de la “ultra”, se conduciría a México hacia la “Revolución”. Los decepcionados fueron aquellos en el extremismo derechista, que siempre han deseado —y cierto es que en ocasiones lo han conseguido— una izquierda situada en una política de polarización social.



Al presentarse recientemente el Pacto por México, no faltaron las voces que con espíritu decembrino calificaron los acuerdos como una carta a Santaclós, asegurando que nunca llegarían a concertase ninguna de las reformas planteadas. Para su sorpresa y, en algunos casos para su decepción, la primera gran reforma del Pacto por México, la concerniente a la materia educativa, ha sido aprobada por la Cámara de Diputados en días recientes.



La votación en la Cámara de Diputados demostró que existen grandes coincidencias sobre las reformas que México necesita para emprender una ruta de desarrollo equitativo. También demostró que las fuerzas conservadoras se encuentran en una situación marginal (únicamente una veintena de diputados votaron en contra de la reforma educativa), las cuales se irán aislando cada vez más de las negociaciones y acuerdos para llevar a cabo las reformas de gran calado que se avizoran.



En sentido contrario, queda claro que existe una izquierda en nuestro país consciente de que la problemática del país no es coyuntural sino estructural; una izquierda con la convicción de que la superación de los problemas nacionales se encuentra en remediar el rompimiento del tejido social, el menoscabo de los valores democráticos, el descrédito a la ley, el deterioro de la política, el rechazo a los partidos políticos, la polarización, el socavamiento del poder estatal (existen actores políticos que le apuestan a la profundización de la crisis, aun a costa de un daño irreparable a la nación); una izquierda que se asume como oposición constructiva, una oposición que sea útil y de ninguna manera es sinónimo de que sea útil al régimen, y menos de que le sea útil al gobierno.


Existe, pues, una izquierda progresista, alejada de posturas conservadoras, con una visión reformadora, en condiciones de concretar para el país grandes acuerdos con otras fuerzas y otros actores influyentes de la sociedad, para definir prioridades y plantear alternativas en bienestar y seguridad de la población, en el marco de una sociedad democrática y de libertades.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Desplegado: La Reforma educativa: El primer paso concreto del Pacto por México.

El Partido de la Revolución Democrática es activo participante del Pacto por México y, por lo tanto, coautor de la propuesta de reforma educativa contenida en éste.

El PRD considera altamente positivo que la Honorable Cámara de Diputados haya aprobado las reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia educativa.

Celebramos que los puntos aprobados por las y los Diputados sean parte de nuestra propuesta legislativa y programática.

Esta reforma es el primer paso para restablecer, por el Estado Mexicano, el control de la educación. La reforma aprobada por las y los Diputados hará posible que en México podamos avanzar hacia una mayor igualdad social en la medida en que en nuestro país exista un sistema educativo de calidad, al que se pueda acceder por todas y todos, sin obstáculos o discriminaciones de ninguna naturaleza.

La reforma busca, además, terminar con cualquier visión patrimonialista sobre la Educación Pública y eliminar todo interés particular que se sobreponga al interés general. El PRD reafirma su convicción de impedir cualquier propósito de privatización de la educación, sea éste de parte de particulares, gremios o partidos políticos; por ello mismo, para recuperar el carácter público de la educación, participamos en esta reforma.

Este primer paso, es trascendental porque establece las medidas constitucionales y legales para la cobertura universal y la mejora de la calidad educativa a través de la creación de un Servicio Profesional Docente; de una instancia para la evaluación, capacitación permanente, estímulo y desarrollo profesional de las y los maestros; de la realización de un diagnóstico verdadero sobre la situación actual de nuestro sistema educativo (cuántas escuelas existen en México y en qué condiciones se encuentran, cuántos alumnos cursan regularmente sus estudios, cuántos desertan y por qué razones, cuántos maestros imparten clases, cuántos están "comisionados", cuántos son "aviadores", etc.); además, la reforma promueve la creación de las escuelas de tiempo completo; la prohibición del consumo y venta -en las escuelas- de alimentos que dañan la salud de los educandos; de la eliminación de la venta de plazas y otras aberraciones que afectan la formación de niñas, niños y jóvenes de nuestro país.

El Servicio Profesional Docente estará orientado a la mejora continua, al estímulo, promoción y respeto escalafonario, tomando en cuenta el desempeño y preparación profesional. Se pretende eliminar promociones por "lealtades políticas", por "compadrazgos", amistades o componendas con las camarillas de funcionarios públicos y/o sindicales. No se trata de cancelar derechos, por el contrario, se busca que todas y. todos los maestros puedan ejercerlos plenamente.

Consideramos positivo que los compromisos asumidos en el Pacto por México empiecen a concretarse, con la visión de construir una Nación en donde se garantice, para todas y todos, el acceso al mayor bienestar posible.

En congruencia con nuestra insistencia de hace años para arribar a un pacto nacional, seguiremos trabajando, desde la oposición o desde el Gobierno, para lograr los acuerdos necesarios en beneficio del país y de la gente.

Jesús Zambrano Grijalva
Presidente Nacional del PRD
Democracia ya, Patria para Todos

martes, 18 de diciembre de 2012

“Los predicadores del presidencialismo”



Como toda travesía, la que inicia el Pacto por México tendrá que sortear muchos obstáculos y enfrentar vientos en contra. Trataré de ubicar, entre varios, a los más complejos. El primero de estos obstáculos lo será el escepticismo que está presente entre la gran mayoría de la población. Los políticos cargan con una enorme dosis de desconfianza y el referido Pacto fue concebido, elaborado y signado, precisamente, por políticos. Sin embargo, este escepticismo que priva entre la gente podría superarse en la medida en que el Pacto se vaya materializando y convirtiendo en acciones concretas y en políticas públicas. Ya se ha avanzado en una parte de la reforma educativa y si los partidos y el gobierno continúan aplicando otras reformas se podría ir venciendo la desconfianza ciudadana.

Hay otro problema aún más difícil de superar y es el que representan los “predicadores del presidencialismo”. Muchos de estos predicadores son políticos priistas, aunque también los hay situados en la oposición panista y… ¡no se sorprenda! también están presentes en el seno de una izquierda que es profundamente creyente del presidencialismo. Otros de estos adoradores del Presidente en turno, son columnistas en periódicos, conductores de noticieros de la radio y televisión, dirigentes de cámaras empresariales, etcétera, etcétera. Para todos estos catequistas del Génesis sexenal, nada existía antes de Peña Nieto y lo que en adelante exista será obra exclusiva del actual Presidente.

Este culto al presidencialismo es el más peligroso obstáculo para el Pacto y el fenómeno político que puede hacer que naufrague. Así podría suceder debido a que dichos predicadores del presidencialismo excluyente atentan contra la esencia misma del Pacto, que es, precisamente, la inclusión, la confluencia —por necesidad— de las más diversas fuerzas políticas para poder enfrentar con eficacia y dar respuesta a la crisis estructural del Estado mexicano.

Los predicadores del presidencialismo no alcanzan a comprender que lo sustantivo de la problemática del país se encuentra localizado en un anacrónico régimen político siempre sustentado en gobiernos unipersonales y excluyentes, y que por ello mismo, la parte fundamental de la solución a los graves problemas se encuentra en superar, en la forma y el contenido, al viejo régimen presidencialista; es decir, en avanzar hacia un régimen político que democratice el poder, que lo haga incluyente a otras fuerzas políticas y principalmente al conjunto de la sociedad.

La democratización de las decisiones de gobierno es la razón principal de la existencia de un Pacto político entre fuerzas ideológicamente encontradas pero conscientes cada una de ellas, de que ninguna por sí sola podrá superar la crisis en que se encuentra el Estado Nacional y menos aún podría gobernar en razón de los intereses superiores del país y de la gente.

La esencia del Pacto por México obliga al gobierno y a los partidos a sujetar sus intereses particulares a los de la nación; el Pacto condiciona a que los partidos soslayen sus pequeñas ambiciones particulares; el pacto fuerza a que los dirigentes políticos y partidistas dejen atrás miserables egoísmos personales, mezquinos protagonismos individuales… En fin, el Pacto por México determina que por sobre estos intereses menores prevalezcan los de la nación y los de la población.

Por eso los predicadores del presidencialismo son harto dañinos pues intentan a toda costa preservar lo sustantivo del viejo régimen, esto es: el poder unipersonalizado, omnipotente, absoluto, excluyente.

Lord Acton dice que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente. Esto es verdad y todos los políticos debiéramos tomarlo en cuenta, especialmente Peña Nieto como titular del Ejecutivo federal. Por ello mismo, todos, nos encontramos en el dilema de contribuir —al margen de intenciones— a la restauración del anacrónico presidencialismo, o en sentido contrario, a coadyuvar —los varios, los diversos— a encontrar las soluciones a la grave problemática del país.

Los predicadores del viejo presidencialismo están actuando y lo hacen intensa y febrilmente. En ello no les va la vida, pero sí sus intereses mezquinos y que son, desde luego, diametralmente opuestos a los de la nación y la ciudadanía.

domingo, 16 de diciembre de 2012

No sorprende la oposición de Morena al Pacto por México


  • Morena es la visión egoísta de la izquierda

Jesús Ortega Martínez, coordinador nacional de la expresión Nueva Izquierda externó que el no sistemático del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no aporta nada constructivo, sólo contribuye a que la problemática del país se agudice en detrimento de los propios trabajadores y de la población. “Cierto, Morena es el único que se opone y a nadie debiera extrañar. La oposición sistémica de Morena es la divisa de su comportamiento político”.

El ex presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática dijo que “lo que no sirve es que Morena se asuma como la única fuerza que tiene las respuestas y con ello desconocer que existen otros que pueden aportar”, ante las críticas contra el Pacto por México.

“En el Morena se impone siempre el interés egoísta de los que se asumen portadores de la verdad. Es la visión egoísta de la izquierda”, soltó.

Jesús Ortega expresó que Morena dice que el Pacto por México no es solución a los problemas del país y cuestionó “¿cuál es desde Morena la solución?” e indicó que “la solución no existe en pócimas mágicas, no existe en fórmulas evangélicas. La solución a la problemática del país está en la aplicación de políticas públicas estratégicas pero aplicables ahora, de inmediato. Lo que no sirve son arengas y proclamas reivindicatorias del no sistemático”.

Asimismo, insistió en que el país requiere de ideas, propuestas, acciones y decisiones sobre políticas y acuerdos. “No sirve el crónico testimonialismo de quien lo único que sabe decir es no a todo; decir no, incluso, a aquellas acciones que benefician al país y a la gente”, finalizó.

martes, 11 de diciembre de 2012

Me opongo, luego existo




Los lectores conocerán de la famosa frase de Descartes: “Pienso, luego existo”. Con este aserto, el filosofo francés establece que más allá de toda duda (y el dudar es elemento central para acercarnos a lo cierto) el sólo hecho de pensar, le da a cualquiera certidumbre de su existencia. Me apoyo en esta reflexión, que es vertebral en la filosofía, para tratar un tema menos trascendente como lo es el de la vida política en nuestro país.

Entre algunos sectores de la izquierda mexicana se tiene una concepción equivocada de lo que es ser oposición política. Para ellos, el hecho de que el PRD se autodefina como fuerza de oposición al gobierno priista implica, indubitablemente, oponerse a todo y cuando digo a todo, lo digo sin exceso retórico. Si alguien del gobierno (del partido que fuera, incluido cualquier gobierno perredista) dijese que la Tierra gira alrededor del Sol, no faltaría algún compañero que saltaría de inmediato, convocaría a conferencia de prensa —y desde luego ésta le daría gran difusión— para decir que no es verdad, que por el contrario, es el Sol el que gira alrededor de la Tierra. Si alguien osado le dijese a tal compañero que hace 480 años Nicolás Copérnico demostró que la Tierra se encuentra en un sistema heliocéntrico y heliostático, probablemente respondería que ese tal Copérnico es parte de la “mafia del poder”.

Parecería que exagero y seguramente así es, pero recurro a ello para hacerle explícito al lector cómo se comportan algunas personas ante ciertas discusiones. Para éstas, ser oposición política obliga a no razonar, a no conocer, a no informarse, a no dialogar, a no intercambiar opiniones con nadie y, principalmente, a no acordar nada con otros partidos que son diferentes al nuestro, mucho menos con aquel que está en el gobierno. Comportarse como oposición debe asemejarse al comportamiento de aquellos clérigos medievales que se negaban a leer: De revolutionibus orbium coelestium pues corrían “el riesgo” de que se derrumbara el pensamiento dogmático con el que siempre habían vivido.

Es con base en este pensamiento estrecho que muchos se opondrán a los acuerdos entre las principales fuerzas políticas para transformar a nuestro país, negando incluso, la posibilidad de materializar demandas históricas de la izquierda, como es el caso de una reforma educativa integral.

No faltarán quienes se opongan a los acuerdos para aumentar la equidad y calidad de la educación. Seguramente habrá quienes no se sumen al esfuerzo para que el Estado mexicano recupere la rectoría del sistema educativo nacional, manteniendo el principio de laicidad.

Sin embargo, a aquellos que nada más saben oponerse por oponerse, les resultará muy difícil explicar su rechazo a establecer un sistema de concursos meritocráticos para ocupar las plazas de maestros nuevas o las que queden libres a partir de un retiro, invalidez o fallecimiento, estableciendo reglas para obtener una plaza definitiva, promover que el progreso económico de los maestros sea consecuente con su evaluación y desempeño, así como establecer el concurso de plazas para directores, supervisores e inspectores. Muy difícil será que argumenten en contra la creación de un Servicio Profesional Docente, es estratégico, ya que permitirá eliminar la discrecionalidad en la asignación de plazas magisteriales, lo que hasta ahora ha sido una de las piedras angulares del poder desmedido de la cúpula sindical del magisterio y su lideresa vitalicia.

Afortunadamente, quienes le dan sentido a su existencia oponiéndose sistemáticamente a todo, se encuentran cada vez más en minoría, mientras quienes quieren serle de utilidad a la sociedad tejen acuerdos de gran visión en beneficio de todas y todos.

martes, 4 de diciembre de 2012

Pacto por México



Aprovecho estas líneas para compartirles partes fundamentales de lo dicho por el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, el pasado domingo durante la firma del Pacto por México:

Hoy estamos aquí, fuerzas políticas que hace apenas unos cuantos meses, disputamos el voto entre las mujeres y los hombres de nuestro país. Fuimos a esa contienda, convencidos de que México necesita un cambio profundo, un cambio verdadero.

Lo que sucedió en las urnas, la decisión del electorado, fue que ninguna fuerza política puede por sí sola sacar adelante sus propuestas o resolver los grandes y graves problemas del país.

Y cabe entonces la pregunta: ¿Qué hacer ante esta decisión de una sociedad que, al mismo tiempo que distribuyó el poder, está cansada de décadas de mentiras? ¿De esa mayoría de la sociedad que sabe que la democracia política tiene un enorme déficit social? ¿De que tenemos una democracia política sin alma social, de que los partidos políticos pensemos solamente o principalmente en función de nuestros intereses?

¡Pues la respuesta es muy sencilla: La gente quiere verdades y acciones efectivas de nosotros!

Hay un agotamiento evidente del modelo económico, político, social y cultural en el que nos desenvolvemos, pero al mismo tiempo, México ha madurado para dar un salto hacia adelante y reinventarse.

Por eso necesitamos cambiar la ecuación, no pensar para nosotros como partidos políticos, sino para actuar responsablemente, hablar con la verdad y emprender nuevas acciones.

Y, hablando con la verdad, una primera verdad, es que son tan grandes los problemas que tenemos en nuestro país, que una sola fuerza —como lo hemos dicho— por sí sola no podrá plantearse el reto de enfrentarlos exitosamente.

Una segunda verdad es que tampoco lo podrá hacer una sola persona. En este caso, un sólo hombre desde la Presidencia de la República. Ya otros, con buena voluntad o por arrogancia, lo intentaron y fracasaron.
Una tercera verdad es que los partidos políticos y gobiernos, no podemos asumir que únicamente con buenas voluntades, enfrentaremos los retos.

Y las élites políticas, los partidos políticos, hasta por la desconfianza social de la gente en nosotros, no podremos solos dar este salto exitoso hacia adelante. La democracia es de todos, o no es democracia, sino mera simulación o demagogia.

Aquí se requiere que todos los sectores, partidos políticos, gobiernos y la oposición ciudadana que representa a una sociedad fuerte y activa, participe de estos esfuerzos, participe en la toma de decisiones.
Por ello, estamos aquí fuerzas tan diferentes, con la convicción de recuperar la vigencia del Estado mexicano, para darle fuerza y valor a la institucionalidad, dispuestos a cambiar la ecuación de hacer política sólo pensando en nosotros y no pensando en la sociedad y en nuestra patria.

Un Pacto Nacional, un Pacto por México, un Pacto por la Gente, con importantes contenidos como se podrá ver, cuando se analice, como una expresión de voluntades allí aterrizadas, que se hicieron presentes.

Y hay que ver que esto no es más que un primer paso apenas. Le toca, con toda la autoridad que tiene el Poder Legislativo, asumir y traducirlo en hechos, en acuerdos legislativos, en reformas legales; al gobierno de la República por supuesto y a los gobiernos de los estados.

Por eso hoy, también hay que decirlo: Más que esperanza, la gente quiere certidumbre, de que puede haber un futuro mejor, de que otro México es posible para bien de todos, de nuestros hijos y de las generaciones venideras. Por eso, estamos aquí con esa convicción.