martes, 19 de enero de 2016

El egoísmo en el homo economicus


El compañero Javier Salinas Narváez, ahora diputado por el PRD en el Congreso del Estado de México, se ha graduado como Doctor en Administración Pública y, para ello, ha presentado una tesis que tiene que ver con la problemática económica y fiscal que vive nuestro país.

El doctor Salinas Narváez analiza de manera certera la situación del gobierno federal y de los gobiernos locales que acusan una débil y exigua recaudación fiscal, lo que dificulta que el Estado Mexicano pueda jugar un papel más influyente hacia el crecimiento de la economía y la equidad e igualdad social. El gobierno recauda poco, a pesar de la última Reforma Hacendaria y, por lo tanto, cuando bajan en el mundo los precios de los commodities, como el petróleo o el gas —lo que ahora mismo sucede— se afectan de manera grave los ingresos de países como México.

A pesar de que se ha reducido la dependencia de los ingresos fiscales a nuestras exportaciones de crudo, seguimos siendo muy frágiles en nuestras finanzas públicas. Esta situación del precio del petróleo no es coyuntural ni es pasajera, pues todo indica que durará por décadas.

Por ello es que se tiene que poner atención en el aumento en la recaudación fiscal no petrolera y la mejoría sustancial en el gasto de lo recaudado. En eso pone énfasis el texto del doctor Salinas. Se trata de que el Estado recaude más a partir de que todos paguemos impuestos, pero que eso se haga de manera justa, equitativa, es decir: que se pague según el monto de los ingresos de cada cual. Más el que más tiene, menos el que menos tiene.

Pero resulta que, a pesar de la Reforma Hacendaria reciente, se continúa con una nociva práctica por una buena parte de los contribuyentes, pero de manera especial de los grandes contribuyentes. Ésta consiste en la elusión, en la evasión y en el fraude fiscal.

El doctor Javier Salinas cita a Oswald Spengler que ha identificado al contribuyente “como un ser compuesto de una mezcla de sentido de justicia y de irritación”. En un contribuyente habitan ambas almas en permanente confrontación.

“El homo economicus” piensa en su conveniencia económica y no reconoce ningún deber moral de conducta. En su opinión, es lícito todo lo que le beneficia. Sabe, por ejemplo, que no puede construir por sí mismo carreteras, presas, hospitales, escuelas, etcétera, pero está convencido —y razones tiene— de que los gobiernos son grandes derrochadores y por ello le parece lícita la elusión o la evasión fiscal.

Otros eluden el pago de sus impuestos por razones políticas. Arguyen que el gobierno en el poder no es el que empata con su convicción ideológica; lo consideran alejado de ellos; quisieran que no ganara en las siguientes elecciones y, por ello, también participa de la evasión. Estos últimos son los de la idea de que le vaya mal al gobierno existente para que su partido o su candidato tengan mayores posibilidades de ganar las elecciones inmediatas.

Y también están los ultraliberales, los fanáticos del liberalismo económico que —paradójicamente cercanos a los anarquistas— no quieren Estado o, si es inevitable que exista, entonces que intervenga en lo mínimo y, por ello, dicen, no hay que darle recursos ni pagar impuestos. Y, desde luego, están los pillos, los que tienen grandes ingresos, grandes ganancias pero rechazan el pago de sus impuestos, simplemente, por egoísmo extremo. Estos últimos eluden, evaden y hacen fraude fiscal y, en no pocas ocasiones, en colaboración con funcionarios de la hacienda pública.

Hoy nuestro país se encuentra en una situación difícil: mínimos históricos en el precio del petróleo, depreciación de nuestra moneda, un mercado interno tremendamente debilitado por la constante reducción del ingreso de los consumidores, principalmente de los trabajadores, un salario disminuido a limites francamente irresponsables y un aumento dramático de la desigualdad social y de la pobreza entre la población.

Frente a esto, se requiere de una gran inversión pública pero, además, bien dirigida hacia sectores altamente productivos y generadores de empleo. Esto no se podrá hacer si no se cobran los impuestos debidos y si no se toman las medidas necesarias para evitar la elusión y la evasión fiscales, de todos, pero, principalmente, de los grandes causantes.

Expresidente del PRD


Twitter: @jesusortegam


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