Durante los dos sexenios que el PAN ocupó la Presidencia de la República, periodo también conocido como la Docena Perdida, poco hicieron los funcionarios panistas, comenzando por los presidentes de la República, para poner en marcha una política pública específica para el alza al salario mínimo y la recuperación del poder adquisitivo.
A nivel discursivo, en una ocasión el presidente Fox reconoció que el salario mínimo de los trabajadores era raquítico, pero destacó la necesidad de que gobierno y sociedad trabajaran juntos para alcanzar los niveles de desarrollo al que aspiran los mexicanos. “Aquellos gobiernos que ponían todo y el ciudadano no ponía nada quebraron, los endeudaron, tronaron al país y todavía estamos pagando las consecuencias”, dijo Fox, revelando que su idea de que el alza salarial era directamente proporcional al endeudamiento público, por lo que su política salarial fue también un episodio voluntarista.
Durante el sexenio del presidente Calderón no hubo tampoco un esfuerzo por incrementar el salario mínimo que se tradujera en una política pública. Basta recordar las declaraciones del entonces secretario de Hacienda y delfín calderonista, Ernesto Cordero, para entender su concepción al respecto: “El salario mínimo ha incrementado su poder adquisitivo, si quieren de manera muy modesta, pero al menos con un salario mínimo cada vez se pueden comprar más cosas y esto es por el control de la inflación y la estabilidad de los precios”. Con esta visión quedó claro que para el PAN la mejor política de incremento salarial era el dogma de la política de contención inflacionaria.
Sin embargo, la realidad de las cifras oficiales y de análisis académicos contradice el triunfalismo y la supuesta preocupación de los gobiernos panistas por el alza del salario mínimo y la recuperación del poder adquisitivo.
Información de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) señala que, en 12 años de panismo, los salarios mínimos aumentaron un total de 24 pesos, es decir, un promedio de dos pesos por año. En total, en los seis años del gobierno de Vicente Fox los mínimos se incrementaron en términos reales en 10.77 pesos. A lo largo del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, según cifras oficiales, en términos reales los mínimos aumentaron 13 pesos, que son las cifras más bajas de ajuste salarial desde 1970.
En los sexenios panistas, México fue una de las naciones de América Latina con menor crecimiento directo en el ingreso salarial de sus trabajadores (Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM). Del año 2000 a 2011, la caída real del poder adquisitivo de los mexicanos fue de 24.4% en la adquisición de productos básicos, mientras que Brasil tuvo una recuperación de 97.6% en los ingresos de la población asalariada.
Con base en las cifras, su postura histórica de defender los intereses de la cúpula empresarial y adoptar radicalmente los dogmas neoliberales, así como sus acciones (no palabras) cuando fueron gobierno nacional, queda más que claro que para el PAN el alza real del salario mínimo y la consecuente recuperación del poder adquisitivo nunca fueron una prioridad.
Resulta evidente que el súbito interés del PAN por el alza al salario mínimo tiene más que ver con una táctica distractora para desviar la atención de su descomposición reflejada en sus prácticas corruptas (los ***moches*** del presupuesto federal son el mejor ejemplo), su contradicción entre su discurso de preservación de una moral cristiana y promoción de “buenas costumbres” y sus comportamientos, así como también dar la impresión de que están del lado de la sociedad mientras impulsan y apoyan contrarreformas como la energética, que perjudican a ésta.
*Expresidente del PRD
Twitter: @jesusortegam
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