El Estado mexicano asume un papel verdaderamente regulador para, con ello, impedir la existencia de monopolios.
En días pasados el IFT adoptó una serie de decisiones entre las que destaca declarar a América Móvil y a Televisa como “agentes económicos preponderantes”. Al declararlas preponderantes, el Estado mexicano asume un papel verdaderamente regulador para con ello impedir la existencia de monopolios; permite, además, que el must carry y el must offer sean realidad y con ello se aliente la competencia; permite que pequeñas y medianas empresas de telecomunicaciones puedan retransmitir gratuitamente los contenidos de las grandes cadenas televisivas y la interconexión (a precios competitivos) con las grandes empresas telefónicas; se prohíbe la exclusividad para la transmisión de contenidos que son de interés público (el Campeonato Mundial de Futbol, por ejemplo).
El IFT podrá establecer tarifas de interconexión telefónicas, evitando abusos de las empresas dominantes del mercado y con ello se podrá beneficiar el público usuario con tarifas más bajas y con mejoría en el servicio; se expedirá, dice IFT, la licitación para dos nuevas “cadenas” nacionales de televisión abierta, lo que alentará la competencia y mejora en la prestación de servicios de telecomunicaciones; se iniciará la construcción de la “cadena” televisiva del Estado, etcétera, etcétera.
Todo esto parecía imposible de llevarse a cabo. ¿Qué sucedió entonces para que la realidad cambiara?
La respuesta se encuentra en el Pacto por México y en la acción reformadora de políticos del PRI, del PAN y, desde luego, del PRD. Estas reformas verdaderamente estratégicas no son resultado del Espíritu Santo; tampoco lo son de “un salvador” ni “aparecieron por generación espontánea”; son, por el contrario, resultado de acuerdos entre políticos que comprenden la necesidad de cambios profundos para dejar atrás un viejo orden económico y político para nuestro país.
Pocos, sin embargo, lo entenderán así. Para los extremistas de izquierda, ésta y otras reformas “son una cortina de humo” o son medidas “dictadas” por el FMI, por la OCDE, por el imperialismo yanqui y hasta por “el trotskismo internacional”. Es decir: las mismas respuestas absurdas, delirantes y obtusas de siempre. Para los extremistas de derecha, las decisiones del IFT son de carácter “socialista” que tienen el propósito de atacar a la “iniciativa privada” (lo mismo dicen estos últimos de la Reforma Hacendaria y de seguridad social).
Pero los políticos reformadores, especialmente los del PRD y la izquierda no debieran sorprenderse ni de las opiniones de los extremistas ni… de la incomprensión, de la mayoría de la población, sobre la profundidad y trascendencia de la mayoría de las reformas producidas por el Pacto por México.
Los políticos con visión de Estado no debieran parar en su acción reformadora porque su propósito no debieran ser el de buscar, principalmente, reconocimiento electoral o reconocimiento personal. En sentido diferente, debieran actuar en razón de los intereses del país y de los derechos de todas las personas, aun con su indiferencia. Esto último es lo que verdaderamente transformará el quehacer político en México.
Para consuelo de los reformadores, Maquiavelo (el gran político y el gran hombre de Estado) escribió que “debe considerarse que no hay nada más difícil de llevar a cabo, ni con más incertidumbre de éxito, ni más peligroso de manejar, que iniciar un nuevo orden de cosas, ya que el reformador tiene enemigos en todos aquellos que se benefician del viejo orden y solamente defensores indiferentes en todos aquellos que se benefician por el nuevo orden. Esta indiferencia proviene, parcialmente, del miedo a sus adversarios que tienen las leyes a su favor; y parcialmente, de la incredulidad del hombre, que verdaderamente no cree en nada nuevo hasta que no lo haya experimentado realmente”.
*Expresidente del PRD
Twitter: @jesusortegam
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ortegamartinezjesus@hotmail.com
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