martes, 9 de octubre de 2012

Acuerdo por la libertad y la transparencia sindical


Las reformas a la Ley Federal del Trabajo aprobadas por la Cámara de Diputados han sido turnadas a la Cámara de Senadores. Nuestro sistema bicameral nos da la oportunidad de que el Senado de la República cumpla con su papel de cámara revisora y pueda modificar los contenidos más lesivos para los derechos de los trabajadores y rectifique la omisión de excluir todo aquello relacionado con la democracia y transparencia en los sindicatos, así como de corregir el comportamiento de algunas diputadas y diputados que eludieron el debate y con ello favorecieron a la mayoría priista para mantener los privilegios de la casta sindical que a toda costa quiere evitar el voto universal, directo y secreto de los líderes sindicales, así como la rendición de cuentas por parte de estos.

Las izquierdas en el Senado de la República tienen la oportunidad de rectificar el error cometido en la Cámara de Diputados por algunos legisladores, que con una actitud extremista pero fútil, tomaron la tribuna e impidieron formar una mayoría para aprobar la reforma al artículo 371 de la ley laboral para lograr el voto universal, directo y secreto para elegir a los líderes sindicales.

Por su parte, muchos diputados panistas apoyaron acríticamente la iniciativa laboral enviada por el Ejecutivo federal. Si nos atenemos a su declaración de principios y a algunos de sus planteamientos históricos, las y los diputados panistas se comportaron de manera oportunista para convalidar el acuerdo personal entre Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, para que éste último no pague los costos de una reforma que sin duda alguna afecta a buena parte de trabajadoras y trabajadores de México.

Con la obligada revisión del Senado de la República de lo aprobado por la Cámara de Diputados, las bancadas tanto del PAN como de las izquierdas tienen la oportunidad de actuar de acuerdo con sus principios históricos de defensa de la libertad, democracia y transparencia en los sindicatos. Para comprender mejor estos principios, basta recordar a dos personajes emblemáticos:

“De la cultura que el PAN expresa en la política, se sigue su compromiso con la libertad sindical, con el respeto a las leyes, con la historia y la identidad de la nación mexicana, con la democracia, con la justicia y con el conjunto de libertades concretas que da cuerpo a la libertad humana”: Castillo Peraza.

“Los intereses de clase de los trabajadores pueden ser mejor defendidos por sindicatos democráticos y modernos que por organizaciones anquilosadas, atadas todavía al mito del nacionalismo revolucionario, y, más todavía, vinculadas a los beneficios tangibles de los compromisos políticos que éste generó”: Gilberto Rincón Gallardo.

Estamos pues, frente a una ocasión excepcional para concretar un acuerdo parlamentario contra el autoritarismo y la opacidad en los sindicatos entre las izquierdas y el PAN, verdaderamente congruente con los principios de estas fuerzas políticas, por lo que le resultará muy difícil a la casta sindical sabotear esta convergencia alegando pureza.

Es hora de que las izquierdas le demuestren al electorado que las llevó a ser la segunda fuerza en el Congreso de la Unión que los derechos sociales se defienden proponiendo, dialogando, legislando y acordando entre diferentes en los temas que hayan coincidencias.

Sería lamentable que visiones extremistas en el PAN y en el PRD impusieran una dinámica maximalista del “todo o nada” (que casi siempre termina en “la nada”), cuando con una elemental práctica parlamentaria como lo es el acuerdo, están en posibilidad de detener una reforma que en lugar de contribuir al desarrollo del país resulte un “parche” mal pensado, que tenga como consecuencia que sigan prevaleciendo los privilegios y la impunidad de la casta de líderes sindicales autoritarios y corruptos.

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