Como en toda situación de crisis, la que ahora mismo vive la nación, contiene causas que son estructurales y otras que son de coyuntura. Al PRD, para hablar de las segundas, nos mantiene atrapados en la tragedia de Iguala-Cocula y no hemos acertado en dar las respuestas correctas y contundentes. Hemos asumido, por ejemplo, el grave error de haber permitido que Abarca penetrase en nuestras filas, pero en lugar de reaccionar adecuadamente ante tal responsabilidad política, lo que hemos hecho —continuando con la cultura del martirio como sinónimo de izquierda— es resignarnos a “sufrir penitencia”.
Ello significa, para algunos compañeros, hacer lo más posible para que la izquierda —y el PRD, especialmente— se extinga en nuestro país.
¡Crucificadnos! gritan como misioneros, para que, presta y sin demora, la derecha nos haga caso y nos golpee hasta destruirnos.
Si por ejemplo, hay que evidenciar la omisión y la irresponsabilidad de la PGR y del Ejército en los crímenes de Iguala-Cocula, “los penitentes” aparecen de inmediato para, con la ayuda de los medios de comunicación más poderosos, desviar la atención hacia el PRD y de facto exculpar a dichas instituciones.
Si aparece el escandaloso acto de corrupción en el gobierno federal por la licitación del ferrocarril México-Querétaro y ello capta la atención de la opinión pública, es entonces que aparecen “los penitentes” para decir: ¡Heeey, heeey! eso no importa, lo que hay que ver es cómo el PRD se sangra y se flagela a sí mismo.
Si se descubre el escándalo de la “casa blanca” y se hacen evidentes las colusiones ilícitas de funcionarios del gobierno federal con empresarios privados, y con ello se desata una enorme indignación ciudadana que recorre al país entero, es entonces que con precisión de minutos aparecen “los penitentes” para decirle a la prensa: ¡Heeey, heeey! ¡El problema no es la corrupción gubernamental, el problema en el país somos los perredistas!
Y desde luego, algunos medios de comunicación no pierden la oportunidad y enfocan sus potentes reflectores hacia las… ¡dificultades financieras del PRD o hacia indagar si en alguna ocasión tuvimos de proveedor a… Grúas Berumen!
¿Y qué con los cárteles de los Guerreros Unidos y Los Rojos y sus posibles complicidades con funcionarios públicos federales o locales? ¿Y qué de los vínculos de Iguala-Cocula-Tlatlaya-Chilapa, etcétera? Para “los penitentes” esto no es lo significativo, para ellos, lo que importa es cómo el PRD cumple con su penitencia.
Si los analistas políticos serios y objetivos, ubican el hecho de que la violencia y la inseguridad son secuelas de una crisis estructural del Estado y trágica consecuencia de la incapacidad del gobierno federal para corregirla, es entonces cuando aparecen “los penitentes” para enmendarles la plana y decirles que mienten, que no hay ninguna crisis de Estado, que no hay incapacidad del gobierno, que la única y verdadera crisis existente… ¡es la de la izquierda y la del PRD!
Si aparecen peligrosamente signos autoritarios del gobierno federal y desde este se pretenden coartar derechos y libertades de los ciudadanos, es entonces cuando aparecen “los penitentes” para pedir… ¡la renuncia de Navarrete!, en lugar de hacer causa común con todo el perredismo para impedir cualquier regresión autoritaria.
Si persistimos en cumplir penitencia en lugar de retomar como causa principal la exigencia de justicia para las víctimas de Iguala-Cocula, si no trabajamos y aportamos para superar las causas estructurales de la crisis del Estado, entonces, para desgracia del país, abonaremos a la crisis de la izquierda.
*Expresidente del PRD
Twitter: @jesusortegam
http://ortegajesus.blogspot.com/
agsjom52@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario