domingo, 13 de julio de 2014


Sr. Director

Le agradezco su gentileza y le pido que tomando en cuenta mi derecho de réplica, pudiera publicar en su prestigiado diario una aclaración y respuesta al artículo de Carlos Loret de Mola  del día 9 de julio del año presente y en el cual hace referencia a mi persona.

El día 10 de julio, la mayoría de los diarios de la ciudad capital,  publicaron una nota de gran importancia para el País y su economía. En palabras llanas, la empresa de Slim, (claramente un monopolio)  dejará de tener más del 50% del mercado de la telefonía y con ello se logrará que puedan participar otras empresas y en consecuencia se abrirá una verdadera competencia que redundará en mejor servicio y menores costos para los usuarios.

Esto es el primer gran logro de la Reforma Constitucional en materia de competencia económica y telecomunicaciones y en la cual el PRD participó de manera decisiva.

Sin embargo, ¿a qué se debe que este logro contra el monopolio Telmex-Telcel que seguramente se traducirá en  beneficio de los consumidores y del país, no se pueda reproducir en el caso de otros monopolios como lo es  Televisa?

Esto sucede porque los legisladores federales del PRI, PAN y PVEM aprobaron cambios a ley de telecomunicaciones que —contrariando el espíritu de la Constitución— permiten que “de facto”, Televisa siga actuando como monopolio, especialmente,  en el negocio de la televisión de paga.

Como el PRD está en contra de todos los monopolios (en telecomunicaciones, en radiodifusión, en la industria de alimentos, de la construcción, etcétera) es que nuestros legisladores votaron en contra de dicha ley. Esta negativa del PRD a favorecer los intereses económicos y políticos de cualquier monopolio, incluyendo al de Telmex o al de Televisa,  es lo que ha provocado el enojo de Azcárraga y la ira de algunos de sus empleados.

Dice Loret de Mola que con la ley ya no se cobrará la larga distancia, que se terminarán los abusos de Telmex-Telcel,  que no habrá costo para la interconexión telefónica.

 ¡Bien! ¡Bien por todo esto y por muchas cosas más que el PRD propuso e impulsó!

 Pero…  ¿Y la Cheyenne Don Carlos?

¿Y el monopolio de Televisa qué, se conservará intacto?

 ¿Y el monopolio que mantendrá el control sobre la información pública?

 ¿Y el monopolio que continuará sobreponiendo sus intereses particulares a los del país?

 ¿Y el poder fáctico que, como otros,  es capaz de doblegar al gobierno?

¡Esto es lo trascendente y es lo verdaderamente grave para la economía del país y desde luego, para los derechos de los consumidores!

De ello no habla ni escribe Carlos Loret de Mola y no lo puede hacer porque escribe por consigna y, generalmente, los que escriben por consigna generan instintivamente un recurso exculpatorio: el de asumir que todos los demás hacen lo mismo.

¡Se equivoca Loret de Mola!

El PRD es un partido político en donde participan ciudadan@s que comparten una causa, una convicción política. Ni incondicionales a ningún poder, ni empleados de nadie, ni devotos de ningún fundamentalismo económico o ideológico. 

Atte.

Jesús Ortega Martínez


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