La ausencia de propuestas estructuradas sólidamente estructuradas es un fenómeno recurrente en las campañas electorales.
En un mitin en Huejutla, Hidalgo, Enrique Peña Nieto dijo que en las próximas elecciones de julio, el PRI ganará los comicios locales, la mayoría en la Cámara de los Diputados, de los Senadores y la Presidencia de la República. Andrés Manuel López Obrador ha dicho que “ahora sí ganará las elecciones pues el movimiento que enarbola cuenta con una sólida estructura de cuatro millones de ciudadanos organizados, capaces de conseguir 20 millones de votos”.
Los precandidatos del PAN, igualmente, aseguran que cuentan con la suficiente fuerza para “obtener la victoria”. A nadie extraña que los contendientes a la Presidencia auguren su victoria.
Lo que sí deberíamos preguntarnos es: ¿Para qué quieren ganar? Y lamentablemente, al inicio del año, los electores no tienen una respuesta clara y ninguno de los precandidatos ha presentado un programa de gobierno.
La ausencia de propuestas estructuradas sólidamente, y que sean resultado de análisis profundos de la realidad, es un fenómeno recurrente en las campañas electorales de nuestro país, que desprestigia a la política y aumenta el escepticismo de los electores en los asuntos públicos.
“¡Voy a terminar con la violencia, voy a lograr el crecimiento de la economía, voy a generar millones de empleos, voy a garantizar el acceso de todos los niños y jóvenes a la educación de calidad, voy a garantizar salud para todos, etcétera!” ¡Bien por esas palabras! Pero lo que se necesita es más que repetir una aspiración. Lo que los electores requieren, es conocer cómo lo harían posible cada uno de los aspirantes.
En ese sentido es que el candidato de las izquierdas debe asumir que “la inestabilidad endémica de la gran mayoría de la población, es la causa última de la actual crisis de la República y por lo tanto del estrechamiento del espacio privado-público, que es el único del que pueden surgir la solidaridad humana y el reconocimiento de las causas comunes. La inseguridad (en el sentido más amplio) engendra más inseguridad, la inseguridad se autoperpetúa. Tiende a atar un nudo gordiano imposible de desatar y que sólo puede ser cortado. El verdadero problema es encontrar el lugar donde el cuchillo de la acción política pueda aplicarse con mayor efecto” (Zygmunt Bauman: En busca de la política).
Ese “lugar para la acción política eficaz” debe de ser, por un lado, la reforma política del Estado que termine con cualquier resabio del antiguo régimen político priista y por el otro, la creación del sistema universal de seguridad social que le garantice a tod@s los mexicanos (tengan empleo o no) el acceso a los derechos humanos fundamentales como la salud, educación, alimentación y vivienda digna.
El estar bien con uno mismo es importante; el amor a los semejantes es una virtud moral a la que se debe aspirar siempre, pero ahora se requieren propuestas específicas y viables, que recuperen en los ciudadanos la credibilidad en la acción política y en los personajes que la materializan.
Integrante del PRD
@jesusortegam
http://ortegajesuss.blogspot.com/
ortegamartinezjesus@hotmail.com
2012-01-03 00:33:00
En algún momento (1998) Galeano escribió, en su apartado "derecho al delirio" que los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas... Y durante los próximos meses sólo se escuchará un compromiso, una promesa, un haremos... mejoraremos y prácticamente un seremos felices si votas por mi causa, mi proyecto.
ResponderBorrarPero, como estudiosa de la sociedad y la cultura, considero debe cambiarse todo el esquema en que vivimos, la violencia estructural en la televisión, que produce y reproduce los estereotipos que marginan y etiquetan a todos; cambiar nuestra percepción misma sobre la política, la democracia, construirla no a partir de una cultura política parroquial y dejar de ver a este país como una corporación, como sectores. Somos un país heterogéneo!!