lunes, 21 de marzo de 2011

Solidaridad con Japón


Utilizo estas líneas para expresar personalmente, y a nombre del PRD, solidaridad con el pueblo y gobierno de Japón ante la crisis que atraviesan derivada del terremoto y tsunami que devastaron parte de su territorio, y tienen en alerta al mundo por una posible tragedia ambiental, a raíz de los problemas en sus plantas de energía nuclear.

Estamos atentos y dispuestos a brindar el apoyo que requiera Japón en estos difíciles momentos, y confiamos en que la experiencia de las autoridades japonesas, con la ayuda internacional, encuentren la manera de controlar la situación en estas plantas nucleares.

Es inevitable comparar el terremoto de Japón con el que se sintió la mañana del 19 de septiembre de 1985 en México. Pero así como los mexicanos pudimos recuperarnos de aquella tragedia, también lo sabrá hacer el pueblo japonés.

Estamos orgullosos de nuestros connacionales especialistas en búsqueda y rescate de personas que viajaron a Japón para prestar ayuda, así como de los miembros de la Brigada Internacional de Rescate Tlatelolco Azteca, mejor conocidos como Topos, que han auxiliado a la población en numerosas tragedias alrededor del mundo.

Derivado de los efectos que causaron los fenómenos naturales que azotaron Japón en días recientes, la comunidad internacional reaccionó de diversas maneras, tal es el caso de las protestas en Alemania contra la política energética de la canciller Angela Merkel, que incluye el uso de plantas nucleares.

En México revivió el debate alrededor de las políticas públicas en materia de protección civil y de si nuestro país está preparado para enfrentar una tragedia similar o peor a la del terremoto de 1985.

Frente a esta situación, es necesario que el gobierno federal avance en la consolidación de un Sistema Nacional de Protección Civil acorde con la realidad de nuestro país, que consolide una cultura de la prevención y autoprotección.

El gobierno debe diseñar planes de prevención, monitorear fenómenos recurrentes como lluvias, ciclones y actividad volcánica para estar preparado ante cualquier desastre.

Para ello, se deben crear estrategias de planeación, administración y atención de emergencias, que tomen en cuenta los efectos del cambio climático, optimicen y transparenten el uso de los recursos públicos.

Asimismo, se requiere actualizar el marco jurídico en materia de protección civil, procurando que sea ágil, sencillo y adecuado para los tres órdenes de gobierno, con el objetivo de que especifique claramente los alcances y responsabilidades de cada una de las autoridades.

Todas las instancias, canales y estructuras de coordinación de los tres niveles de gobierno deben converger para dar cumplimiento a la legislación en materia de protección civil y los demás ordenamientos legales y administrativos aplicables para hacer frente a fenómenos naturales.

Esto debe ser prioridad del gobierno federal y de los gobiernos estatales para garantizar, por encima de cualquier otro interés, la seguridad de la gente y preservar el patrimonio de los mexicanos.

Tragedias como la de Japón, obligan a reflexionar respecto a si México está o no, preparado para enfrentar fenómenos naturales de gran intensidad, como ahora lo hace de manera estoica aquella nación asiática.

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