El calentamiento global es el mayor peligro para la vida en el planeta y un importante obstáculo para reducir la pobreza en sus múltiples dimensiones: salud, acceso a suministro de agua, producción de alimentos, uso de tierras y vivienda digna.
Afín de poder responder a la magnitud del reto, se hace imprescindible contar con una perspectiva global compartida sobre lo apremiante del problema, los objetivos a largo plazo de la política en materia de cambio climático y un planteamiento internacional basado en marcos multilaterales y en una acción coordinada. Es necesaria una cooperación internacional sin precedentes, en especial entre el mundo desarrollado y los países en desarrollo.
Los beneficios de la adopción de medidas prontas y firmes sobre el cambio climático superarán con creces los costes. La mitigación y adaptación a los efectos del calentamiento global deben entenderse como una inversión para evitar el riesgo de consecuencias en el futuro.
Como medidas principales a nivel global, son necesarias, entre otras: Avanzar sin tardanza hacia el mayor uso posible de fuentes de energía renovables, instituir incentivos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, establecer un Impuesto al CO2 o ICA (Impuesto al Carbón Agregado), transferir conocimientos, tecnología y recursos financieros de los países industrializados hacia los países en desarrollo e invertir el equivalente al 1% del PIB mundial para enfrentar los efectos del cambio climático.
La inversión a largo plazo para enfrentar el cambio climático es uno de los puntos clave en un acuerdo global sobre el clima y es un área en la que se pueden lograr avances a corto plazo. Por lo tanto es deseable y factible que en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16) que se lleva a cabo en Cancún se establezca un Fondo Global para el Clima como parte del Nuevo Pacto Ecológico Mundial que promueve la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Actualmente hay más de 20 fondos internacionales dedicados al clima. Esta proliferación de fondos socava la eficacia de la financiación, aumentando el peso de los costos de transacción y fragmentado la capacidad de los países de gestionar los recursos de forma estratégica. Por ello, es necesario un Fondo Global para el Clima que aglutine los recursos, reduciendo la complejidad y asegurando que se alcanza el equilibrio adecuado entre adaptación y mitigación, así como entre países.
Debido al complicado fenómeno del calentamiento global, tan importantes son las acciones globales descritas con anterioridad, como las medidas a nivel local.
Conscientes de su responsabilidad, las entidades federativas gobernadas por el Partido de la Revolución Democrática están trabajando para enfrentar el cambio climático. En este sentido, son de gran importancia: el Plan Estatal de Acción Climática para Baja California Sur, el Programa de Acción ante el Cambio Climático del estado de Chiapas, la Estrategia de Sustentabilidad Ambiental y Cambio Climático de Michoacán, los programas sectoriales del gobierno de Guerrero, sobre todo en materia forestal y el Programa de Acción Climática de la Ciudad de México.
Los programas y estrategias mencionadas tienen como sustento una visión de izquierda, basada en los principios de justicia, cohesión social y solidaridad, con el objetivo de transitar hacia un modelo de desarrollo sustentable y socialmente incluyente, capaz de enfrentar paralelamente el fenómeno del calentamiento global y hacer realidad el derecho de las personas a una vida digna.