martes, 29 de abril de 2014

La izquierda debe renovarse para ser opción de gobierno

Pienso que en México necesitamos hacer un esfuerzo particularmente especial para hacer avanzar las ideas de la izquierda democrática. Es necesario que se reflexione sobre su propio comportamiento, que se renueve en sus ideas y planteamientos programáticos. Además, es conveniente que se repiense a sí misma y, a partir de ahí, estar en mejores condiciones de convertirse en una opción de poder, en una opción de gobierno nacional, de gobierno federal.


La izquierda debe renovarse para ser opción de gobierno
Es necesario que la izquierda en México haga una reflexión sobre su propio comportamiento y renueve sus ideas para convertirla en una opción de gobierno nacional y federal. Pienso que en México necesitamos hacer un esfuerzo particularmente especial para hacer avanzar las ideas de la izquierda democrática. Es necesario que se reflexione sobre su propio comportamiento, que se renueve en sus ideas y planteamientos programáticos.

Además, es conveniente que se repiense a sí misma y a partir de ahí, estar en mejores condiciones de convertirse en una opción de poder, en una opción de gobierno nacional, de gobierno federal. Por eso, el evento que junto con varias instituciones académicas estamos realizando es parte de esta reflexión

De estos trabajos del Encuentro Internacional La Izquierda Democrática, que se lleva a cabo a partir de hoy 29 de abril y hasta el próximo 4 de mayo en diferentes ciudades de la República Mexicana, se elaborará la declaración México.

Este esfuerzo intentamos que sea anual.

Porque la solución de los problemas que viven las naciones de América Latina debe venir de la inclusión de todas las izquierdas, no de un solo hombre, además, su reto es mantener e incrementar los niveles de crecimiento y desarrollo en los países de la región, opinaron varios ponentes durante el primer día de este encuentro.

Pero no hay que confundirnos: la solución a los problemasde México no es tarea sólo de las izquierdas sino que éstas deben colaborar para que otros sectores de la sociedad compartan la necesidad de hacer reformas.

Una izquierda extremista y polarizante no va a ganar porque no suma a la mayoría de la población, sólo a la parte con que es totalmente coincidente y necesitamos sumar a la mayor pluralidad posible.

La izquierda está lista para ser parte de la solución de los problemas que vive el país, pues ello permitirá conformar una izquierda plural y democrática como la que ha triunfado en Ecuador, Brasil, Argentina y en Europa en otros países.

Coincido con el extitular del Instituto Federal Electoral (IFE) José Woldenberg Karakowsky, quien en su conferencia magistral opinó que el objetivo por sí mismo no es la unidad de la izquierda, sino la transformación y la solución de los problemas del país.

De tal suerte que el PRD debe ver hacia afuera en lugar de sólo estarse viendo hacia adentro y ver el tema de la unidad como si fuera el único del país.

Esto se puede observar cuando se recorre la República Mexicana y se platica con compañeros de izquierda que están trabajando no por una supuesta unidad, sino en el afán de conseguir mejores condiciones para la población.

Cierto, nos falta reflexión, pero estamos preparados para gobernar. Ahora lo que falta es demostrar a los ciudadanos que somos una alternativa y no sólo unos actores políticos testimoniales.

*Expresidente del PRD

Twitter: @jesusortegam

http://ortegajesus.blogspot.com/

martes, 22 de abril de 2014

Encuentro por la izquierda democrática

Del 28 de abril al 4 de mayo del año en curso un grupo de asociaciones civiles, de universidades, de personas involucradas —en mayor o menor grado— en la política y en los asuntos públicos, llevarán a cabo el Encuentro Internacional de la Izquierda Democrática.


Dicho evento se realizará en la Ciudad de México, Guadalajara, Cuernavaca, Puebla y el puerto de Acapulco (posiblemente Oaxaca), y participarán con sus opiniones destacados académicos, investigadores, profesores y políticos de México, América Latina y Europa.

Se trata de un ejercicio intelectual, es decir, dedicar tiempo a la reflexión individual y colectiva. A la crítica, al análisis de la realidad que viven las sociedades contemporáneas y de manera particular, al pensamiento y acción de las izquierdas a principios del siglo XXI.

Este esfuerzo de reflexión crítica, tolerante y democrática, busca encontrar algunas respuestas a los desafíos que ahora se le presentan a esta corriente de pensamiento social y político.

Han pasado muchas décadas desde que se evidenció el fracaso mundial del socialismo autoritario, y a pesar de ello, aún existen partidos, gobiernos y personas que lo siguen viendo y apreciando como la solución a los grandes problemas sociales y políticos que padecen la gran mayoría de los países y sus respectivas sociedades.

Lamentablemente, por ejemplo, se continúa suponiendo —por algunas expresiones de izquierda— que sólo desde la “acción revolucionaria”, la misma que lleva implícita “la violencia revolucionaria” se podrá terminar con la desigualdad social y económica en que viven la mayoría de los países. Erróneamente, se persiste en la idea de que el único motor de los cambios sociales es la lucha de clases y desde esta anacrónica concepción se insiste —por alguna parte de la izquierda— en entender a la política como un eterno esfuerzo de polarización clasista, la que desde un falso determinismo histórico culminará tarde que temprano con la eliminación —literalmente— de la clase de los propietarios.

Ésta, siguen diciendo, es la única vía para acceder a la sociedad de igualdad y justicia. Con dogmas como estos es previsible que la democracia, la legalidad, la pluralidad, las libertades y derechos individuales sigan siendo vistos —por esta izquierda absolutista— como elementos contradictorios y esencialmente opuestos a los derechos sociales de las personas.

La izquierda democrática de principios del presente siglo debe plantearse una profunda reflexión crítica para superar de manera definitiva las visiones que hicieron del socialismo una iglesia saturada de dogmas, de evangelios, de liturgias, de adoratorios para santos, para beatos; plantearse un debate intenso que deba incluir el pensamiento universal con actitud crítica y libre de ataduras ideológicas o verdades absolutas, un debate abierto a las ideas y los pensamientos de los otros, de los que piensan diferente, es decir, un debate amplio como amplia es la pluralidad política en los tiempos que nos toca vivir.

La izquierda democrática debe repensarse a sí misma y hacerlo en el marco de las nuevas realidades que vive el mundo y que vive nuestro país y, además, con la capacidad y la determinación de desprenderse de cualquier visión absolutista y de alejarse lo más posible de quien asume que la posee.

La izquierda democrática debe replantearse las nuevas formas y los nuevos pensamientos del quehacer político que hagan de la lucha por la igualdad social un objetivo a cumplir en el presente, y no una consigna para un futuro que siempre será impredecible. Un quehacer político que en la lucha política pueda con suficiencia confrontar con la derecha sus propuestas y sus programas para atender los problemas de la sociedad actual en toda su complejidad —desempleo, inseguridad, violencia, discriminación, crisis económica— y para solucionar las injusticias y los horrores de la desigualdad.

Estos propósitos siguen siendo lo sustantivo de ser de izquierda, por ello continuará existiendo la necesidad de confrontar en la lucha política, principalmente en el terreno de las ideas, al conservadurismo, a la derecha, a quienes buscan preservar el statu quo que mantiene como insignia a la desigualdad social.

El elemento nuevo que tiene que asumir y reivindicar la izquierda —como valor en sí mismo y como elemento imprescindible en su quehacer político— es el de la democracia.

El encuentro de destacados demócratas de izquierda podrá contribuir a lograr ese objetivo fundamental de la izquierda moderna.

                *Expresidente del PRD

                @jesusortegam

                http://ortegajesus.blogspot.com/

                ortegamartinezjesus@hotmail.com

martes, 15 de abril de 2014

Superar el estancamiento es posible

La política económica, desde 1983, no ha dado los resultados que se pregonaban...


Desde que en México se adoptaron las políticas neoliberales a principios de la década de los ochenta, el crecimiento económico en nuestro país ha sido mediocre. Así, la política económica desde 1983 no ha dado los resultados que se pregonaban: no ha habido crecimiento económico ni han mejorado las condiciones generales de existencia de la población, ni la distribución del ingreso es más equitativa.

Durante el desastre macroeconómico en el sexenio de Miguel de la Madrid, el espejismo del gobierno de Salinas de Gortari, el “error de diciembre” durante la administración de Zedillo y la “docena perdida” de los gobiernos de Fox y Calderón; el crecimiento económico ha sido muy bajo para lograr el desarrollo de México.

Una de las principales causas es la falta de inversión pública derivada del abandono del Estado de su papel inversor por ceñirse al dogma neoliberal de reducción del gasto público y del déficit cero como fetiche económico.

Debido a todo lo anterior, es que se impulsó en el marco del Pacto por México una Reforma Hacendaria, acompañada de un replanteamiento de los criterios generales de política económica, para contar con instrumentos para impulsar el crecimiento económico.

Con la Reforma Hacendaria aprobada para el presente año fiscal, el gobierno federal tiene uno de los presupuestos más grandes de la historia, tanto en términos relativos como reales; asimismo se logró romper uno de los principales paradigmas neoliberales, adoptándose una política de déficit dinámico, la cual permite adoptar medidas de política económica utilizando esta herramienta de forma moderada.

A pesar de la Reforma Hacendaria aprobada, las previsiones para el presente siguen arrojando un crecimiento insuficiente para las necesidades del país y su gente.

El problema radica en que el gobierno federal está utilizando gasto público con una visión inmediatista, con una fuerte carga electorera. En lugar de utilizar la enorme cantidad de recursos de que dispone, el Ejecutivo dirige el gasto público a programas focalizados, como la Cruzada Nacional contra el Hambre, pensando más en las elecciones intermedias de 2015 que en el crecimiento económico.

Asimismo, muchas de las herramientas, de las facultades que se le otorgaron al gobierno federal para acabar con privilegios de poderosos grupos económicos y aumentar la recaudación, están siendo revertidos por él mismo para proteger a grupos corporativos y aliados empresariales.

Estos mismos grupos, que deberían ser agentes económicos protagonistas en el crecimiento, aducen que la falta de éste es debido al “aumento de impuestos” (cuando en los hechos no se aumentaron los impuestos al consumo, como el IVA, lo que hubiera sido desastroso para sus negocios, así como el leve aumento de un par de puntos porcentuales en el Impuesto Sobre la Renta. Sólo se aplica a un minúsculo porcentaje de los contribuyentes de los dos últimos deciles de mayores ingresos).

Estos mismos grupos económicos tratan de culpar a la Reforma Hacendaria de su corresponsabilidad del mediocre crecimiento económico; señalan una reforma pensada en el interés general, antes de reconocer que la inversión especulativa, el intermediarismo, el no tomar riesgos al momento de invertir (quinta esencia del capitalismo) y, en el caso de los bancos, el no poner a disposición crédito para inversión productiva, son factores que inhiben el crecimiento económico en nuestro país.

Para poder encauzar a México en la ruta del crecimiento económico, que no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr el bienestar de la gente, es indispensable que el gobierno aproveche las herramientas con las que lo dotó la Reforma Hacendaria, y redirija el gasto público con una visión de largo plazo, basada en el desarrollo humano.

Estamos todavía a tiempo, no perdamos otra oportunidad.

                *Expresidente del PRD

                Twitter: @jesusortegam

                http://ortegajesus.blogspot.com/

                ortegamartinezjesus@hotmail.com

jueves, 10 de abril de 2014

Réplica a columna de Lydia Cacho publicada en Sinembargo

México, Distrito Federal a 10 de abril, 2014


Señor Director de Sinembargo
Presente:

Le pido, en el ejercicio de mi derecho de réplica, pudiera publicarse este escrito, en respuesta a los dichos de la señora Lydia Cacho, los cuales fueron publicados en su diario digital el día 10 de abril de 2014.

Lydia Cacho dice en su artículo titulado “Asumir el riesgo” que:  “si ya están investigando a Jesús Ortega señalado por una de la víctimas del bar Cadillac, no importa el partido, todos los señalados deben de ser investigados”.

Respondo: Estas pocas líneas son suficientes para evidenciar, con precisión, la ausencia de profesionalismo y veracidad en el ejercicio del periodismo; evidencian como, las animadversiones personales, las diferencias políticas, la intolerancia, pueden llevar a una persona —en este caso a una periodista— a escribir un artículo con el insano propósito de sólo zaherir, difamar y dañar.

La señora Cacho insinúa, con perversidad, que estoy “siendo investigado” por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) debido a que he sido “señalado” por una persona. (Imaginen que el sistema judicial mexicano inicie investigaciones, realice averiguaciones judiciales en razón de “señalamientos”). Al suponer que así debe suceder, como lo pide la señora Cacho, entonces toda aquella persona que sea “señalada” por otra, a través de una calumnia (como en mi caso) o a través de un libelo (de nueva cuenta, como en mi caso) o a través de una periodista irresponsable (como es el caso) debiera ser sujeta a un proceso judicial de averiguación. Esa es una suposición absurda que sólo refleja ignorancia o sólo desprende insania.

Para el conocimiento de los lectores de Sinembargo, YO, Jesús Ortega Martínez, interpuse una demanda civil en contra de la señora Sanjuana Martínez en un juzgado del estado de Nuevo León (en esa entidad tiene un domicilio particular la demandada) y de ello, tengo conocimiento, ya ha sido debidamente notificada.

Pero además, YO, Jesús Ortega Martínez, interpuse una denuncia de hechos con fundamento en los artículos 8 y 21 constitucionales, así como en lo dispuesto en el 9 bis fracción II del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal. Esta denuncia la interpuse YO, Jesús Ortega Martínez, porque la señora Sanjuana Martínez pudiera tener conocimiento, como lo afirma, de diversos hechos que pudieran ser constitutivos de delitos sancionados por la legislación penal vigente en el Distrito Federal.

Interpuse la denuncia de referencia, para que las autoridades judiciales lleven a cabo cualquier investigación, y de ser el caso, que lo señalado por Sanjuana Martínez sea debidamente sancionado.

Que se haga la investigación; así fue solicitado por MÍ parte ante las autoridades de la PGJDF, y estoy pidiendo se sancionen los delitos que la señora Sanjuana Martínez presume sucedieron. Por el contrario, de no ser así, la Procuraduría actúe en consecuencia en la aplicación de la ley y la justicia.

“Asumir el riesgo” dice Lydia Cacho,  y comparto que así debe de ser.
Entonces, para que no quede en dichos o “señalamientos” los que no pueden -según la ley- ser investigados ni procesados judicialmente, le pido, le exijo, que de tener conocimiento de hechos constitutivos de delitos que deben de ser penalizados, acuda ante el Ministerio Público e interponga la denuncia correspondiente.

Emplazo, además, a Lydia Cacho a que demuestre que existe en la PGJDF, aparte de la denuncia que YO interpuse, otra a través de la cual pudiera estar siendo investigado.

Coincido con usted en “asumir riesgos” por lo que uno hace o escribe. Asuma plenamente lo que escribe e interponga la denuncia por los hechos que usted presume son constitutivos de un delito. Eso sería lo social y periodísticamente responsable.

Atentamente

Jesús Ortega Martínez


La respuesta de la periodista

México, Distrito Federal a 10 de abril, 2014

Señor Director de Sinembargo:

En respuesta a la misiva del Señor Jesús Ortega Martínez, pidiendo la justa réplica a mi columna, debo acotar lo siguiente:

Mi columna no busca ni zaherir, ni señalar, ni dañar al señor Ortega. Simplemente hago referencia a lo que ahora él tan amablemente ratifica en su carta cuando me dice: “YO, Jesús Ortega Martínez, interpuse una denuncia de hechos con fundamento en los artículos 8 y 21 constitucionales, así como en lo dispuesto en el 9 bis fracción II del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal. Esta denuncia la interpuse YO, Jesús Ortega Martínez, porque la señora Sanjuana Martínez pudiera tener conocimiento, como lo afirma, de diversos hechos que pudieran ser constitutivos de delitos sancionados por la legislación penal vigente en el Distrito Federal”.

Señor Ortega:

Entiendo que usted se refiere a los señalamientos que en entrevista grabada hiciera una de las víctimas de trata del bar Cadillac hacia la supuesta presencia de usted, señor Ortega, en un prostíbulo donde la autoridad documentó la comisión del delito de trata de personas. En efecto, a partir de la petición que usted mismo hizo por la vía penal, se investiga si participó o no en los hechos que primero documentó la autoridad judicial, para poder rescatar a las víctimas, y posteriormente publicó la colega Sanjuana Martínez. Este proceso está abierto todavía.

En entrevista con personal de la PGJDF pregunté expresamente si es cierto o falso que el nombre del señor Jesús Ortega Martínez está siendo investigando en el contexto del caso de trata de personas del bar Cadillac. Mi fuente me respondió que sí existe el señalamiento directo de una víctima en la Averiguación Previa y, además, que el propio señor Ortega Martínez pidió que se investigara hasta sus últimas consecuencias y en caso de no existir prueba plena, que se le deslinde.

De mi columna, usted cita la frase: “Si ya están investigando a Jesús Ortega señalado por una de la víctimas del bar Cadillac, no importa el partido, todos los señalados deben de ser investigados”. De tal forma que jamás mencioné que fuera culpable, sino que se deben transparentar los procedimientos judiciales para evitar que el poder político, sin importar el partido, se imponga al poder judicial por tráfico de influencias.

Sinceramente,
Lydia Cacho Periodista

martes, 8 de abril de 2014

El Estado o los poderes fácticos

En el antiguo régimen de partido de Estado el control político sobre la sociedad era casi absoluto. El corporativismo era el recurso vertebral del régimen para mantener bajo sujeción al conjunto de la sociedad mexicana. El fortalecimiento del Estado suponía, de manera implícita, la existencia de un partido (el PNR, el PRM o el PRI) que controlara a los trabajadores, a los empresarios, al conjunto de los ciudadanos y desde luego a los medios de comunicación.


El régimen, igual que creaba centrales obreras y las ponía bajo su control, alentaba y controlaba periódicos o televisoras. Por ello, nada de raro tenía que Emilio Azcárraga Milmo declarara: “Somos soldados del PRI y del Presidente” o mencionara que “México es un país de clase modesta muy jodida”. La CTM, el SNTE, la CNC, diversos diarios o Telesistema Mexicano (hoy Televisa) cumplían, con métodos diferentes, la misma función para el régimen autoritario: ¡contribuir al control político sobre los ciudadanos!

Por ello es que las reformas constitucionales inscritas en el Pacto por México tienen, desde luego, un contenido económico (por ejemplo, terminar con los monopolios y con ello alentar el crecimiento de la economía), pero también tienen un claro contenido democratizador en el ámbito de la política,  esto es: democratizar el régimen político a partir de terminar con aquellos poderes fácticos que desde algunos medios de comunicación —aliados con algunos personajes y con ciertos grupos del actual gobierno— buscan restablecer el viejo sistema priista autoritario, para, con ello, mantener sus añejos e indebidos privilegios.

Precisamente de eso se trató la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, es decir: terminar con los monopolios económicos ahora existentes y con su enorme poder político que al paso de los años se sobrepuso al propio poder del Estado. De subordinados al PRI, lograron —los monopolios en telecomunicaciones— subordinar al Estado mexicano a sus intereses.

Entonces, es cierto que a los monopolios económicos en telecomunicaciones y en radiodifusión “les hace ruido” la reforma constitucional en la materia. Les hace ruido que el PRD —a partir de su participación en el Pacto por México— haya puesto énfasis en la necesidad de darle facultades al IFT para terminar con las dominancias monopólicas en el sector; les hace ruido que ya no sea el Presidente de la República el que otorgue las concesiones; les hace ruido que el IFT licite dos nuevas cadenas nacionales de televisión y que se constituya una cadena nacional del Estado; les hace ruido, en fin, que en la Carta Magna se hayan establecido las nuevas normas que ponen límites a su dominio sobre el sector y a su capacidad de chantaje sobre los poderes constitucionales del Estado.

Sin embargo, el ruido que han provocado las reformas constitucionales entre los grupos oligárquicos que dominan la economía del país a través de los monopolios ha provocado su reacción y, desde ya, se encuentran ejerciendo una enorme presión sobre los legisladores y sobre el propio gobierno para que desde las leyes reglamentarias se desvirtúe o incluso se anule lo alcanzado en la reforma constitucional.

Es así que la iniciativa presentada por el Ejecutivo federal sobre la Ley Reglamentaria del 28 constitucional en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión contiene apartados que, de aprobarse, mantendrían al sector dominado por los monopolios y con tales ventajas para éstos que impedirían la presencia de otros actores para la necesaria competencia en esta importante industria.

En el proceso legislativo en marcha en el Senado se habrá de definir si de nueva cuenta se imponen los poderes fácticos sobre el Estado o éste recupera sus capacidades para hacer prevalecer el interés público sobre cualquier interés particular.

                *Expresidente del PRD

                Twitter: @jesusortegam

                http://ortegajesus.blogspot.com/

                ortegamartinezjesus@hotmail.com

martes, 1 de abril de 2014

Los beatos

El día de hoy, martes, asistirá al Senado de la República Maurizio Viroli, quien es uno de los más prestigiados politólogos de la actualidad, que ha dedicado parte importante de sus estudios a reivindicar la figura de Nicolás Maquiavelo. El profesor Viroli ha escrito, como se sabe, una biografía del gran florentino que lleva por nombre La sonrisa de Maquiavelo y en ella relata que antes de morir el autor de El príncipe, tuvo tiempo apenas para relatar a sus amigos un sueño...


Me viene a la memoria la expresión de un reconocido comentarista de la radio: “Yo no hago política, yo hablo de los políticos; hablar de los políticos y de lo que hacen me permite decir lo que quiera sin ninguna responsabilidad” (y sin ningún compromiso, añadiría).

Esta expresión viene a colación debido a que el día de hoy, martes, asistirá al Senado de la República Maurizio Viroli, quien es uno de los más prestigiados politólogos de la actualidad, que ha dedicado parte importante de sus estudios a reivindicar la figura de Nicolás Maquiavelo.

El profesor Viroli ha escrito, como se sabe, una biografía del gran florentino que lleva por nombre La sonrisa de Maquiavelo y en ella relata que antes de morir el autor de El Príncipe, tuvo tiempo apenas para relatar a sus amigos un sueño. En él, Maquiavelo veía, escribe Viroli, “a una multitud de hombres mal vestidos, de aspecto mísero y que daban cuenta de sufrimiento. Les preguntó quiénes eran, y ellos le contestaron: ¡Somos los santos y beatos, vamos camino al paraíso!

Vio después Maquiavelo en su sueño a una muchedumbre de hombres de aspecto noble y grave que solemnemente debatían importantes problemas políticos. También a estos les preguntó quiénes eran y hacia dónde se dirigían. ¡Somos los condenados al infierno! Le contestaron.

Concluido el relato de su sueño, comentó a sus amigos que prefería, por mucho, ir al infierno para tratar sobre política antes que ir al paraíso a morirse de tedio con los “santos y los beatos”.

Maquiavelo murió en 1527 y contra lo que debiera reconocerse a principios del siglo XXI, es decir: de la alta valorable de la política, ésta sigue siendo —en sentido diferente— minusvalorada por el común de la gente y especialmente defenestrada por los “santos y los beatos”.

Es así que desde los beatos, desde los que blanden en cuanta ocasión pueden la espada de la moral para enjuiciar a la política; desde los puros, los inmaculados; desde los que nunca se comprometen; desde los políticos que se disfrazan de “ciudadanos”; desde los “movimientos” que no se atreven a decir su nombre; desde los que no salen del clóset para que no los identifiquen como políticos; desde los hipócritas que se confunden en la “sociedad civil” para que no los vean haciendo política; desde todos estos frentes; con todos estos santones, se pretende ilusoriamente cancelar el camino de la política.

No podrán. Maquiavelo sigue teniendo razón.

                *Expresidente del PRD

                Twitter: @jesusortegam

                http://ortegajesus.blogspot.com/

                ortegamartinezjesus@hotmail.com